Los profetas de Israel nos predijeron que los muertos resucitarán. No solo los individuos, sino que los profetas prometieron que los conceptos que visten a la nación judía volverán a la vida cotidiana.
El hebreo fue una lengua muerta durante los dos milenios de exilio y era comprendida exclusivamente por los grandes Sabios de cada generación. Era un idioma tan complejo y elevado que incluso el Talmud y la traducción del mismo Pentateuco fueron escritos en arameo, ya que el común del pueblo judío no tenían el nivel de comprensión que requiere el hebreo.
Pero dos mil años después de la “muerte” del hebreo, con el movimiento sionista florece la idea del Ulpan (escuelas para aprender hebreo). Grandes conocedores del hebreo como el profesor Eliezer Ben Yehuda (1858-1922) y célebre poeta Jaim Najman Bialik (1873-1922) dedicaron su vida a revivir esta lengua entre los judíos a escala nacional.
Y aunque en un comienzo era extraño, ya que antes de la declaración del Estado de Israel en 1948 los judíos locales hablaron lenguas como ladino, árabe y los migrantes hablaban yiddish, hoy el hebreo resurge de las cenizas y los huesos nacionales que alguna vez estuvieron secos hoy cobran vida.
Hoy podemos ver como niños de 3 años son capaces de no sólo leer, sino también de comprender y formular sus propias preguntas acerca de los escritos más profundos de la Torá. Vemos como jóvenes -incluso no religiosos- dominan "al derecho y al revés" el Tanaj, la halajá y el pensamiento judío.
Más impresionante aún: hoy vemos como todas las ramas del conocimiento son estudiadas en hebreo; desde las ciencias lógicas hasta las humanidades. Yo personalmente he estudiado desde filosofía a física cuántica... ¡Todo en hebreo!
Además, aparte de la generación que transitó 40 años en el desierto, nuestra generación es sin duda la más genial e ilustrada en la historia. El nivel de abstracción de conceptos, la cantidad de información en todos los temas existentes y su accesibilidad, nivel de análisis e interpretación crítica del mundo, y en general el nivel intelectual a nivel global ha sobrepasado cualquier generación anterior.
Literalmente nuestros niños comprenden lo que a sabios ancianos se les dificultaba siglos atrás. Si en épocas anteriores a duras penas hubiéramos encontrado a un único Maimónides dentro de todo el pueblo judío, en nuestros días todos y cada uno del pueblo de Israel es intelectualmente potencial a llegar a tal grandeza.
Para concluir quiero contar una vivencia que me ocurrió en el ejército.
Conocí a un joven el cual el único idioma que hablaba era hebreo. No sabía ni inglés, ni francés, ni mucho menos chino; solamente hebreo.
Superficialmente uno juzgaría a este joven de inculto, pues la sociedad del siglo XXI exige mucho más que saber exclusivamente un idioma (y estoy de acuerdo en que debemos ampliar al máximo nuestro conocimiento personal). No obstante, quedé fascinado con el hecho de que el modo natural de expresión de este joven es el hebreo. Es un fenómeno que ni hace 150 años existía.
Muchas veces nosotros, los que nacimos en la diáspora, vemos al hebreo como un idioma que sólo existe en la sinagoga; donde a duras penas entendemos lo que está escrito en el Sidur. Por eso para mí, este joven es la personificación de los ideales de Ben Yehuda, personificación de la visión de Hertzel, personificación de los sueños de Rabi Akiva, personificación de las visiones de los profetas... ¡Personificación de las plegarias de un pueblo que lloró dos mil años por renacer!
Con esta ventaja nunca antes vista en la historia de nuestro pueblo fortaleceremos a la sociedad israelí y lograremos cumplir las demás profecías: seremos luz moral para las naciones, amén.
חַדֵּשׁ יָמֵינוּ כְּקֶדֶם