Les voy a explicar cómo los sabios de Israel logran darle un sabor a las manzanas aún más intenso que la miel de Rosh Hashaná. Imagínense una manzana y que alrededor de la manzana hay varios expertos de diferentes campos del conocimiento. Cada experto nos dirá su perspectiva de lo que es la manzana y cómo esta tiene incidencia en el mundo.
Por ejemplo, un físico nos explicaría cómo la manzana cae de los árboles. Un artista nos describiría la estética de la manzana por medio de su forma y colores. Un cocinero nos diría recetas para preparar una variedad de alimentos que tienen como base a la manzana. El compositor escribiría una canción inspirada en los sentimientos que le produce dicha manzana. El deportista nos diría cómo al consumir la manzana se nutre al cuerpo, etc etc. Así sucesivamente, cada experto en cada rama que existe, nos dirá su perspectiva de la manzana.
Básicamente, cada experto nos daría una apreciación desde su punto de vista y su conocimiento individual, pero en la práctica ninguno de estos expertos tiene una noción de lo que es la manzana en su totalidad. Es decir, cada experto sabe un fragmento verídico sobre la manzana, pero todos carecen de la comprensión de qué es la manzana en sí. Por lo tanto, por más expertos que sean, ninguno de ellos podría decirnos “qué es la manzana” como tal, puesto a que los conceptos alrededor de la manzana se proyectan de forma fraccionada entre los diferentes campos del conocimiento.
Es más, sin importar cuánto profundice una persona en el conocimiento, el experto nunca lograría cubrir la totalidad de ideas que componen a la manzana.
No obstante, sí existe un conocimiento capaz de proyectarse entre todos los conocimientos: la Tora ¿Por qué? Porque el objetivo de la Tora no es ponerse describir las características de la realidad, sino que el objetivo de la Tora es explicar las razones de la existencia. Es decir, la Tora -a diferencia de las demás sabidurías- viene a darle contenido y significado al mundo.
Por ejemplo, la Tora no te va a explicar el mecanismo científico de cómo la manzana se atrae gravitacionalmente hacia la tierra, pero sí te va a explicar cuál es el objetivo ético de porqué las manzanas caen de los árboles. La Tora te va a explicar qué es lo que los seres humanos debemos hacer y actuar frente al hecho de que las manzanas se caen. Una vez el ser humano comprende esto, la Tora se vuelve una herramienta para poder mejorar la realidad que lo rodea.
En base a lo anterior, podemos entender cómo es que la Tora se involucra en todas las áreas del ser humano. No podemos permitir que ningún campo del conocimiento esté separado de la ética, ni podemos ignorar que los seres humanos necesitamos de objetivos en nuestras vidas. El físico necesita de un significado para su vida, el artista necesita de una razón por la cual él hace sus obras, el cocinero necesita una razón de porqué él cocina etc. Para eso se entregó la Tora: para que sepamos darle un trasfondo ético a nuestra realidad y para darle un enfoque positivo a toda la creación con el fin de elevarla.
Ahora el físico, el artista, el cocinero, el compositor… y todos nosotros podemos darle un significado a nuestra existencia. Para lograr esto, nuestra labor es comprender qué es la Tora y cómo la podemos aplicar en nuestra vida. Para eso están los sabios de la Tora, para guiarnos en comprender cómo la Tora puede llegar a tener incidencia en lo que nos rodea (Dato curioso, la palabra “Tora” תורה viene de la palabra “instruir” להורות, es porque la Tora nos instruye en el actuar de la vida).
Beezrat Hashem que cada uno de nosotros logre profundizar en esto y así que cada uno cumpla su propósito de forma ideal.
יִהְיֶה רָצוֹן, שֶׁתְּחַדֵּשׁ עָלֵינוּ שָׁנָה טוֹבָה וּמְתוּקָה