En la Parashá de esta semana aprendemos que al huir de su hermano Esav, Yaakov Avinu llegó al Jar (monte) Moriah en tanto el sol se estaba poniendo; entonces, rezó. De acuerdo a nuestra tradición oral, esta fue la primera vez que se rezó en la noche. El Talmud en la Masejta (sección) de Brajot (bendiciones) 26b nos enseña que Yaakov Avinu estableció este rezo nocturno como un evento diario para sus descendientes.
Así mismo, Jazal nos dice, a partir de la Torá, que cada uno de nuestros patriarcas rezó en un momento específico. Abraham rezó en la mañana, Itzjak rezó en la tarde e Yaakov rezó en la noche; por consiguiente, nuestros rezos diarios básicos consisten en tres rezos: Shajarit (mañana), Minjá (tarde) y Maariv (noche), a este último también se lo conoce como Arvit.
Debido al momento en que estos rezos tomaron lugar, nuestros sabios establecieron la importancia de la hora exacta en que debían iniciar así como el plazo máximo para que cada uno de ellos se pueda concluir. Si bien hay Mitzvot que se pueden llevar a cabo en un rango general de tiempo como lo son la Mitzvá de Tefilín y Talit, las cuales se pueden llevar a cabo durante todo el día solar, el proceder apropiado es que se cumpla con ellas lo más pronto posible sin postergar este deber.
Esto nos trae una serie de términos Halájicos que resultan ajenos al judío promedio pero que resultan extremadamente valiosos cuando se incorporan a una vida laboral formal que exige horarios y posibles dificultades en la ejecución de nuestros deberes religiosos frente a los rezos diarios.
Para entender estos términos y su importancia con el rezo, nuestros sabios dividieron el día desde la aparición del sol hasta su puesta. Cabe anotar que este caso tiene una variación Halájica en relación con los polos de la tierra donde hay días enteros de oscuridad y días enteros de sol o zonas geográficas cercanas a estos donde los días de sol son extremadamente cortos durante el invierno y muy largos durante verano. Por consiguiente, la hora exacta de cada momento va a variar dependiendo de la locación geográfica y estación de tiempo en la cual se encuentre cada judío.Nuestro día entonces comienza con Alot HaShajar (comienzo del día), el momento cuando los primeros rayos de sol empiezan a salir en el horizonte. Enseguida tenemos Misheyakir (cuando uno reconoce), de acuerdo a la Halajá, este es el momento del día donde hay suficiente luz para reconocer a alguien en una distancia de cuatro cubitos (seis pies aproximadamente). Este es el momento más temprano del día donde podemos decir la bendición sobre los Tzitzit (Talit Katán -el Talit pequeño-), nos podemos poner Tefilín y Talit y podemos rezar el Shemá. Técnicamente, desde este punto en adelante se puede iniciar el rezo de Shajarit tanto individual como comunitario. Después tenemos Hanetz HaJamá (salida del sol), el momento cuando la parte superior del disco solar se ve a nivel del mar claramente. Este es el momento más temprano en el cual se puede rezar la Amidá (rezo central) de Shajarit.
Ahora bien, cuando hablamos del plazo máximo para rezar Shajarit, llegamos al término de Jatzot (medio día). Este medio día no son necesariamente las 12 del día en el reloj; nuevamente, todo depende de la locación geográfica y la estación de tiempo. Para entender este concepto de Jatzot y los plazos máximos para un rezo es necesario entender el día Halájico como tal; a saber, desde que sale el sol hasta que se pone. Las horas totales que componen ese día solar se van a dividir en doce partes iguales, esas partes iguales van a llamarse Shaot Zemaniot (horas proporcionales) y el punto medio de esas Shaot Zemaniot va a ser Jatzot. Entonces, el plazo máximo para finalizar Shajarit va a ser Jatzot. Así mismo, el plazo máximo para finalizar el recitado del Shemá son tres Shaot Zemaniot.
En relación con Minjá, el segundo rezo del día, la Halajá establece que el momento más temprano para llevarlo a cabo es medio Shaah Zemanit después de Jatzot. Este momento se llama Minjá Guedola (Gran Minjá). Debido a que Minjá es el rezo que se lleva a cabo en la tarde, el rango de tiempo para llevarlo a cabo es desde este momento hasta el momento de Shekia (caída del sol). Técnicamente, Shekia es el momento cuando la parte superior del disco solar desaparece a nivel del mar por completo. Todas las Mitzvot que se deben llevar a cabo durante el día tienen que haber sido finalizadas en este punto; de cualquier forma, si una persona no alcanzó a rezar Minjá llegado este momento, aún lo puede hacer post Shekia durante un lapso de tiempo que se conoce como Bein HaShmashot (entre soles), momento crepuscular donde no es día y no es noche aún. Cabe anotar que el término de Guedola, gran, no es porque este momento es “más grande” que cualquier otro para rezar Minjá; sencillamente, el nombre se le atribuyó porque el lapso de tiempo entre ese momento y Shekia es el más grande que hay. Esto nos lleva a Minjá Ketaná (pequeña Minja); vale decir, dos Shaot Zemaniot y medio antes de Shekia. De acuerdo a la mayoría de autoridades rabínicas, este es el momento más apropiado para rezar Minjá.
Al llegar al tercer rezo del día, Maariv, nos encontramos con Plag HaMinjá (división de Minjá), el momento más temprano en el cual se puede realizar este rezo. Plag HaMinjá sucede como punto medio entre Minjá Ketaná y Shekia, puntualmente uno y un cuarto de Shaot Zemaniot antes de Shekia. De cualquier forma, nuestra costumbre yace en llevar a cabo el rezo de Maariv a partir de Tzeit HaKojavim (observar las estrellas); es decir, el momento en el cual tres estrellas medias son observables en el firmamento, esto usualmente sucede cuando ha caído completamente la noche ya que la parte superior del disco solar se encuentra a 5.95 grados por debajo del horizonte. A partir de este momento todas las Mitzvot nocturnas se pueden llevar a cabo hasta el punto de Alot HaShajar.