La última Mitzvá que nos entrega la Parashá de Ki Tavó esta semana es muy particular y sin lugar a dudas muy apropiada para esta época del año, época en la cual nos estamos preparando física y espiritualmente para las Altas Festividades, más aún cuando Motzei Shabat nos congregaremos en nuestras sinagogas hacia la media noche para rezar Selijot. La Mitzvá de la cual estoy hablando es la de emular a Dios. La Torá nos dice: "Ve en Sus caminos" (Deut 28:9). El Midrash en la Sifre Deuteronomio 49 nos explica: "Así como Él tiene compasión, así debéis tener compasión. Así como Él es justo, así debéis ser justo. Así como Él es santo, así debéis ser santo". Esta explicación nos quiere decir que la Mitzvá de emular a Dios significa que estamos obligados a imitar a Dios en Sus atributos haciendo todo lo que hacemos con amabilidad y honestidad.
El Rambam en su Mishná Torá en Hiljot De'Ot dedica todo el primer capítulo a esta Mitzvá, explicando en detalle cómo se la debe llevar a cabo además de propiciarnos los motivos por los cuales las palabras de la Sifra se reducen (realmente engloban) a amabilidad y honestidad. No haré un listado de estas leyes por cuanto el texto como tal las enumera muy claramente. El énfasis que deseo hacer en esta Mitzvá, específicamente para la Halajá en la actualidad, radica en que esta es una de las 77 Mitzvot positivas que el Jofetz Jaim establece en su Sefer HaMitzvot HaKatzar que se puede llevar a cabo hoy en día en cualquier lugar del mundo tanto por hombres como por mujeres y a cualquier hora. Este último aspecto es fundamental en nuestra legislación Halájica actual por cuanto hay Mitzvot que podemos llevar a cabo hoy en día en cualquier lugar del mundo por todos pero que están supeditas a un momento específico. Tal es el caso de Shabat, de Rosh Hashaná, de Yom Kipur, de Sucot, etcétera. Es ese aspecto atemporal, por así decirlo, que hace de esta Mitzvá una posibilidad única de conectarnos con Dios en todo momento, no sólo llevando a cabo todas Sus Mitzvot en el momento indicado, sino siendo esta Mitzvá aquella que se entrelaza con todas las demás para llevarlas a cabo Mehadrim Min HaMehadrim (de la manera más hermosa entre las hermosas) para entonces ser judíos completos que en nuestro diario vivir expresando compasión y bondad en todos nuestros procederes.
El Talmud en la Masejta de Sota 14a, discute esta Mitzvá como base de nuestro comportamiento humano para con todos los demás. Igualmente, en la Masejta de Shabat 133b nuestros sabios dicen: "Así como Él es misericordioso, así debéis ser misericordioso, así como Él es bondadoso, así debéis ser bondadoso". Un ejemplo de la bondad Divina es alimentar al hambriento, tal cual lo hizo el Todopoderoso con los hijos de Israel en el desierto después de su salida de Egipto al darles Mana. Es Avraham Avinu quien se convierte en el paradigma (ejemplo clásico) de este aspecto de la Mitzvá de emular a Dios cuando la Torá en Génesis capítulo 18 nos relata que en tanto nuestro primer patriarca estaba hablando con Dios ve que tres extraños se acercan en la distancia, frente a lo cual Avraham deja de hablar con Dios para ir a ofrecerles a estos transeúntes comida y bebida, involucrando a su familia en esta Mitzvá. En este punto surge una pregunta; a saber, ¿a cuentas de qué es más importante ayudar a unos extraños que hablar con Dios? La respuesta es sencilla, nuestros sabios nos enseñan que más importante que hablar con Dios es ser como Dios, imitando Su inmensa bondad y misericordia, dándole al necesitado, asistiéndolo, acompañándolo, y en este caso, alimentándolo. Dios es dadivoso, Él da; entonces, nosotros al dar estamos emulando a Dios.
El Talmud en la Masejta de Shabat 127a habla del buen acto de Hajnasat Orjim, acoger a los invitados, quienes quiera que estos sean, acto fundamental para entender y llevar a cabo la Mitzvá de emular a Dios, tanto así que el Talmud establece que por ello recibimos recompensa en este mundo y aquel por venir; empero, no lo hacemos por la recompensa, lo hacemos porque nos nace hacerlo, porque nuestra alma busca todo el tiempo acercase a su Creador y la mejor manera de hacerlo sin restricciones de tiempo o lugar es imitándolo. Hajnasat Orjim es solo un aspecto de esta Mitzvá; de hecho, de ella hay muchas más dimensiones que se agrupan en parte en algo que conocemos bajo el nombre de Guemilut Jasadim, actos de bondad. Nosotros no podemos ser judíos en todo el sentido de la palabra sin estas cualidades positivas que Dios nos pide que tengamos como actos imitativos.
Frente a nosotros tenemos las Altas Festividades, en ellas podemos cumplir una y otra vez Hajnasat Orjim, para nuestras cenas de Rosh Hashaná, Seudat HaMafseket, Shabat Teshuvá, comidas de Sucot en la Sucá, y acá restringiéndonos solo a ese acto. Entonces; solo resta preguntarnos, ¿estamos dando todo lo que podemos dar como judíos para cumplir con esta Mitzvá de emular a Dios?