A diferencia de épocas pasadas, hoy en día, cuando llega Jánuca, podemos observar una gran cantidad de actos públicos a nuestro alrededor que difieren enormemente de aquellos actos privados que llevábamos a cabo en nuestros hogares no hace más de 25 años.
En la actualidad, no sólo vemos las Janukiot expuestas en las ventanas de casas y apartamentos con sus luces encendidas, también vemos desfiles de carros con Janukiot en sus techos, vemos enormes Janukiot ubicadas en lugares públicos como plazas, centros comerciales, aeropuertos, etcétera. En edificios de apartamentos se pueden observar en diferentes apartamentos decoraciones de Janukiot, Dreidels y hasta Sufganiot pegadas en la puerta de la entrada. Así mismo, podemos observar en los jardines delanteros de las casas judías alumbrados de Jánuca con enormes Janukiot y Dreidels.
Es más, podemos perfectamente agregar a lo anterior las plataformas sociales donde los perfiles cambian un narcisista “selfie” por una foto relacionada con Jánuca y los subsecuentes “posts” donde se envían públicamente recuerdos de felicidad y orgullo durante esta época. Sin lugar a dudas un giro de 180° en relación con el comportamiento que se llevaba a cabo hace medio siglo. La pregunta que surge entonces es; a saber, ¿de dónde sale este comportamiento? Y más allá de ello, ¿está permitido de acuerdo a la Halajá este proceder o estamos cambiando la Halajá con nuestra euforia de celebrar el milagro mas cercano a nuestros tiempos?
El Kitzur Shulján Aruj nos enseña que la Mitzvá de encender las luces de Jánuca a la entrada de un dominio público se debe a que debemos publicar el milagro que nuestros antepasados vivieron al dedicar nuevamente el Segundo Templo al servicio de Dios. Es precisamente de la obligación de hacer público el milagro de donde surge la posibilidad de hacer completamente público, en todo el sentido de la palabra, el milagro de Jánuca. Si bien, tanto la Guemará, como el Rambam como el Mejaber y como Rav Ganzfried, se estaban refiriendo exclusivamente a la Mitzvá de encender la Janukia y el lugar donde se la debe encender, muchos de nuestros Poskim establecieron la necesidad de ir un paso más allá para que la publicación del milagro “alumbre” a todo el mundo, más aún en nuestros días cuando tantos judíos sufren de la terrible y creciente enfermedad que es la asimilación.
El motivo por el cual el lugar de publicación del milagro de Jánuca es tan importante para nuestros Poskim se debe a que el Mejaber nos enseña que antiguamente la Janukia se encendía afuera, en la puerta de entrada de la casa al lado opuesto de la Mezuzá para estar rodeado de Mitzvot; sin embargo, debido a que ya no nos encontramos en Israel, recordemos que estamos hablando del siglo XIV, puede ser peligroso ubicarla en ese lugar específicamente. Entonces, agrega el Kitzur uniéndose a la opinión del Ramá, lo más apropiado es ubicarla dentro de la casa al lado opuesto de la Mezuzá y no afuera. Sucede que ya no estamos en esos tiempos y acontece que hoy contamos con un estado de Israel; por consiguiente, podemos sobre pasar la prevención y llevar a cabo la publicación de este milagro sin temor alguno.
Esta respuesta nos resuelve la pregunta parcialmente porque si bien nos afirma la posibilidad de encender la Janukia afuera y el por qué nuestros Poskim sobre pasaron la advertencia del Mejaber, no nos responde acerca de publicar el milagro en ventas y sus otras tantas expresiones actuales. Pues bien, es la Mishná Brura la que establece que es preferible encender la Janukia en una ventana en lugar de encenderla dentro de la casa al lado opuesto de la Mezuzá. A esta opinión se adhirieron muchos Ajronim y el es comportamiento que la mayoría de judíos lleva a cabo actualmente; entonces, si ubicamos las Janukiot en las ventanas y en la parte de afuera de las casas, ¿por qué tanta expresión adicional en relación con la publicación del milagro?
La primera parte de la respuesta a esa pregunta yace en aquellos que seguimos estrictamente la Halajá tal cómo está codificada en el Shulján Aruj donde toda Janukia se debe encender al lado opuesto de una Mezuzá dentro de la casa. Aquí no hay una publicación del milagro; es decir, la Mitzvá queda “semi coja”, por decirlo de una manera coloquial. El ubicar Janukiot eléctricas en las ventanas, en los carros o decoraciones en la puerta permite cumplir con esa segunda parte de la Mitzvá que la haría completa en ese sentido.
Ahora bien, por otra parte y si consideramos que la publicación del milagro no es secundaria al encendido Halájico de la Janukia, podemos recurrir al Posek que hizo Rav Kook en Igrot Hareiya donde dice: “Jayashán ItJadesh VeHaJadash ItKadesh”, aquello que es antiguo será renovado y la innovación será santificada. Agregando a ello su decisión Halájica: “Ein Isur Lejatir Et HaMutar AfalPi Sheló Nahagú VeAhavar”, no hay prohibición para permitir aquello que está permitido aún cuando no hubiese sido practicado en el pasado. En otras palabras y para nuestro caso particular, aún cuando antiguamente no se llevaran a cabo estas diferentes formas de expresión pública del milagro, está totalmente permitido realizarlas y esas innovaciones serán santificadas.
Así que bienvenidas sean todas las expresiones adicionales que hagamos en relación con la publicación del milagro de Jánuca. Bien sea en ventanas, jardines, carros, puertas, Facebook, Twitter, Instagram y todo lo demás. El punto es que todos, Klal Israel, somos uno y con todas y cada una de estas expresiones públicas del milagro de Jánuca, estamos trayendo luz al mundo durante esta época, en este momento que tanto lo necesitamos. ¡Jánuca Sameaj!