2024-04-25 [Num. 980]


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Columnistas  - Halajot en la Actualidad

Rav Daniel Shmuels

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Por Rav Daniel Shmuels
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Rav Daniel Shmuels nació en Bogotá, Colombia. Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, psicoanalista del Lacanian School of Psychoanalysis e hizo sus estudios rabínicos en el Rabbinical College of America. Fue First Assistant Rabbi para Ohev Shalom al igual que para el Chief Rabbinate of Florida. Fundador del Beit Din of South Florida, miembro de los Batei Din of America. Tradujo y editó el libro “Bienvenido al Judaísmo: Una Guía al Judaísmo Básico y la Conversión Judía Ortodoxa”. Actualmente es el Head Rabbi de la Keilá The Private Shul of South Florida.

Merat Ayin: la apariencia del ojo

2019-03-06

Halachot

Al inicio de la Parashá de Pikudei se nos relata el conteo exacto de los metales donados para la construcción del Mishkán (Tabernáculo) y el uso dado a cada uno de ellos. La pregunta que nos surge inmediatamente es, ¿qué enseñanza nos puede dejar este conteo? Bamidbar 32:22 nos da la respuesta diciendo que Moshe Rabeinu hizo esto para estar limpio ante los ojos del pueblo. Es decir, este conteo no sólo se hizo para saber con qué se contaba para la construcción del Mishkán sino para que nadie entre nosotros dijera que, Jas VeShalom, él se había apropiado de algo que no era suyo para su propio beneficio.

Es dicho comportamiento, aquel de proceder más allá del reproche y la duda de los demás, el que nos va a introducir a uno de los conceptos más dinámicos dentro de nuestra Halajá; a saber, Merat Ayin, la apariencia del ojo. La definición básica de este concepto es que hay ciertas acciones que pueden dar al observador del acto la apariencia visual que la otra persona está violando la ley judía cuando en realidad no es así. 

Debido a dicha posibilidad ciertas acciones, aun cuando técnicamente permisibles, fueron prohibidas bajo este concepto rabínico para prevenir que observadores aleatorios llegaran a una conclusión falsa tanto de la Halajá como del comportamiento de otro judío. El asunto con Merat Ayin es que no es estático para todas las situaciones y por consiguiente no se puede extrapolar de un caso a otro a menos que se tenga bajo consideración variables como el momento histórico (tiempo), región geográfica (lugar) y autoría (MiDeOraita o MiDeRabanan).

El paradigma clásico para entender este concepto de Merat Ayin es el que presenta la Masejta de Keritut 21b donde se nos explica que de acuerdo a la Torá, MiDeOraita, está prohibido consumir sangre de animales pero la sangre de peces está permitida. De cualquier forma, al introducir este concepto de Merat Ayin, también se prohíbe el consumo de sangre de peces  porque es posible que un observador piense que la persona en cuestión esté consumiendo sangre de un animal y por consiguiente puede llegar a dos deducciones incorrectas.

Por un lado puede pensar que comer sangre de animal está permitido y por otro puede pensar que la persona llevando a cabo la acción está transgrediendo una prohibición de la Torá. En ambos casos, está completamente errado. Por consiguiente y para evitar cualquier malentendido nuestros sabios introdujeron este concepto Halájico de la apariencia del ojo. Como anotación personal, creo que para el lector contemporáneo una traducción más precisa y justa al español actual podría ser, “lo que la apariencia muestra a simple vista”.

Ahora bien; si el principal inconveniente radica en los posibles observadores de un acto técnicamente permitido, ¿en qué lugares se podría llevar a cabo tal acto o sencillamente está prohibido en absoluto? El Talmud en la Masejta de Beitzá 9a nos introduce la problemática de este concepto a nivel público y privado. Por un lado Beit Shamai establece que Merat Ayin debe ser observado incluso en un Reshut HaYajid (área privada); sin embargo, Beit Hillel establece que Merat Ayin sólo debe ser observado en un Reshut HaRabim (área pública). 

Un dato curioso, la Halajá sólo fue decidida a favor de Beit Shamai un total de 18 veces, para todas las demás decisiones Halájicas seguimos a Beit Hillel; pues bien, este concepto de observar Merat Ayin inclusive en un área privada fue una de esas 18 veces. En este sentido Rav Moshe Feinstein, el Posek (legislador) más grande de nuestros tiempos, estableció en Igrot Moshe, Oraj Jaim 2:40, que esto aplica a un cuarto dentro de un cuarto en donde no pueda haber la posibilidad de observadores aleatorios. Es decir, Merat Ayin se tiene que observar siempre sin importar el lugar en que se encuentre, lo cual puede implicar una isla desierta o un desierto como tal donde la posibilidad de un observador es casi nula.

Paradójicamente hay un concepto en la Halajá que en principio pareciese contraponerse al concepto de Merat Ayin. Se trata de un muy famoso concepto establecido en la Masejta de Sheevuot que conocemos como “Dan Iekaf Zejut”; lo cual significa, juzgar al prójimo favorablemente. Merat Ayin implica que una persona está llevando a cabo una acción que en apariencia se ve como un acto prohibido; sin embargo, si tenemos presente que todos debemos cumplir Den lekaf Zejut, ¿cuál es el problema? Y más allá de ello, ¿para qué establecer un concepto Halájico más cuando como judíos debe prevalecer siempre el juzgar al prójimo favorablemente? 

Pues bien, como se mencionó anteriormente, el concepto de Merat Ayin es doble. Si bien existe un Yetzer HaRá (inclinación mala) en todos y nos podemos dejar llevar por él en cualquier momento cayendo en el vacío de no juzgar favorablemente a nuestro prójimo, los Rabonim establecieron este concepto precisamente por juzgar favorablemente a nuestro prójimo entonces cometiendo una infracción contra la Torá por aquello que la apariencia mostró. En dicho caso, el observador cree que está permitido el acto en general cuando no lo es en realidad, como el caso de la sangre de los peces y entonces va y come sangre de animales porque juzgó favorablemente a su prójimo.

Otro caso que nos puede ejemplificar esta idea en dónde ambos conceptos no son contradictorios sino complementarios es el de colgar ropa mojada en Shabat. Durante Shabat está prohibido lavar ropa; por consiguiente, no se puede colgar ropa, esta prohibición incluye varias Melajot (labores prohibidas en Shabat). En el dado caso en que nos hayamos mojado por la lluvia no podemos llegar a casa y colgar la ropa mojada para que escurra. El motivo: Merat Ayin! El asunto no yace en que los vecinos digan: “Piluni tan Frum (observante) y colgando ropa mojada en Shabat” sino que el vecino por juzgar favorablemente a su prójimo diga: “Piluni que es tan Frum lava ropa en Shabat; entonces, la Halajá permite lavar ropa en Shabat y yo también lavaré mi ropa en Shabat”. En conclusión, si bien puede existir un mal pensar desde la perspectiva del observador, los sabios instituyeron este concepto pensando que siempre se va a juzgar favorablemente al prójimo; lo cual, en última instancia llevaría al observador a llevar a cabo una prohibición contra la Torá.

Por último, es importante subrayar que el Mejaber establece claramente que si algo estaba prohibido en época del Talmud por Merat Ayin y por circunstancias de modernidad dicha situación ya no es relevante, la prohibición se cancela. Un ejemplo claro de esto es la leche no láctea como la de almendras, la de soya o la de arveja. Antiguamente estaba prohibido cocinar o consumir este tipo de leches junto con carne por Merat Ayin, hoy en día es muy común encontrar el consumo de este tipo de leches y cada vez más personas a nivel mundial consumen este tipo de leches; por consiguiente, ya esa prohibición resulta fuera de lugar y como lo establece Rav Ovadia Yosef en Yabia Omer 6, Yoreh Deah 8, aún restaurantes que sirven platos de carne pueden servir leches no lácteas porque hoy en día su consumo es muy común. 

No obstante, Merat Ayin trae nuevos retos y nuevas divisiones dentro de las diferentes ramas de la ortodoxia, sobre todo cuando hablamos de Kashrut. Hoy en día tenemos en el mercado Kasher todo tipo de imitaciones bajo las más estrictas Hashgajot (supervisiones rabínicas) como lo es imitación crab (imitación de cangrejo), imitation shrimp (imitación de camarones), imitation pork (imitación de puerco) y supongo que la lista seguirá creciendo día a día. Es factible que sean imitation (imitación) y que tengan una muy buena Hashgajá pero ello no les quita la apariencia de puerco, camarón o cangrejo y esto deja la pregunta abierta acerca de estos “alimentos Kasher” y su estatuto de Merat Ayin. Las decisiones de los Poskim están divididas y las comunidades independientemente han optado por diferentes posiciones en relación dichas decisiones, bien sea considerándolas Merat Ayin o no. 

Frente a esta gran enseñanza del concepto de Merat Ayin sólo me resta por decir: Hay que ser y parecer! 



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