Este argentino, nacido en Buenos Aires, emigró a Israel a la edad de seis años y realizó sus estudios primarios en Israel, adaptándose a la vida del país y aprendiendo hebreo. Después realizó sus estudios superiores en gestión de conflictos, Filosofía e Historia del Arte en varios centros universitarios israelíes. Aparte de su sólida formación y su larga experiencia en el mundo diplomático, habiendo pasado por las embajadas de Israel en Londres y Guatemala, Cantor habla francés, inglés, español y hebreo. Ahora, desde su puesto como embajador en Bogotá, nos habla del buen momento por el que atraviesan las relaciones entre Colombia e Israel y del desafío que ha supuesto el covid-19 para todo el planeta, siendo el Estado hebreo el primer país del mundo en número de vacunados -más del 80% de la población en estos momentos- y estando a la vanguardia en la investigación de esta letal enfermedad.
Ricardo Angoso: ¿Cómo se examina desde Israel la crisis del covid-19 y cómo va el proceso de vacunación?
Christian Cantor: Israel se ha convertido en un laboratorio no solamente desde el punto de vista epidemiológico, sino también desde el punto de vista logístico estamos en primera plana porque el proceso de vacunación se está ejecutando de una forma eficiente. Otro aspecto que reseñaría es el relativo a las políticas públicas que se están desarrollando con respecto al manejo de la pandemia, queriendo destacar que ya en estos días se están abriendo y reactivando numerosos sectores económicos, culturales y sociales después de un año de larga crisis y cierre. Creo que va a haber mucho interés por parte del mundo de cómo se desarrollan las cosas en Israel, sobre todo teniendo en cuenta lo avanzado que llevamos el proceso de vacunación. A largo plazo, hay muchos aspectos sociales, políticos y culturales que vamos a tener que enfrentar, como el resto del mundo, y creo que este año y medio largo tendrá que ser analizado por los académicos y ver las consecuencias que se derivan de la pandemia para nuestras vidas. Israel, considero, no es muy distinta a otras naciones y como en todas partes del mundo la pandemia trajo lo peor y lo mejor de la gente, algo que también debe ser analizado y estudiado.
R.A.: También este año que ha pasado ha tenido un impacto positivo para Israel y para toda la región, sobre todo después de que el Estado hebreo haya sido reconocido por varios Estados árabes y haya establecido nuevas relaciones, generando un ambiente muy constructivo y positivo, ¿cómo examina esos cambios en Oriente Medio?
C.C.: Es cierto lo que dice, han operado cambios trascendentales en la región. Primero por los acuerdos de paz entre Israel y nuestros vecinos. Ya no solo se trata de con Egipto y Jordania, con los que ya firmamos acuerdos en el pasado, sino que ahora llegamos a acuerdos con países con los que nunca tuvimos conflictos en el pasado, como son los casos de Marruecos, Emiratos Arabes Unidos y Bahrein. Estamos expandiendo, claramente, las relaciones de Israel con el mundo árabe.
En segundo lugar, estamos hablando de una apertura de relaciones que se va a hacer sentir en los ciudadanos árabes e israelíes, ya que redundará en beneficios tangibles para todos. Vamos a abrir los canales para la cooperación en finanzas, tecnología, turismo, banca y en todas las áreas. Por ejemplo, con Emiratos estamos estudiando proyectos de cooperación relativos al espacio y también en asuntos agrícolas. Son acuerdos de pueblo a pueblo, no solamente entre gobiernos. Los pueblos van a sentir los beneficios de estos acuerdos de paz.
Y, en tercer lugar, estos acuerdos rompen el viejo paradigma que caracterizó a todos los gobiernos israelíes e incluso a la comunidad internacional en el sentido que cuando se resolviera el problema palestino, Israel normalizaría las relaciones con el resto del mundo árabe y lo que ha ocurrido es justamente al revés; estamos resolviendo nuestros problemas con el mundo árabe y la cuestión palestina ya no es un asunto central. Creo que incluso este proceso de normalización con el mundo árabe puede servir de acicate para resolver nuestros problemas con los palestinos. En definitiva, son acuerdos trascendentales y ya tenemos delegados israelíes en esos países hasta que se abran definitivamente las embajadas respectivas. El trabajo de cooperación con esas naciones árabes ya está en marcha y dará muy pronto sus frutos correspondientes. Estamos en un momento que se podría decir de fiesta en Oriente Medio, en un proceso muy constructivo.
El antisemitismo en el mundo
R.A.: ¿Cómo percibe esos rebrotes periódicos del antisemitismo en el mundo?
C.C.: La lucha contra el antisemitismo es parte del trabajo de todos los israelíes y muy especialmente de los que nos dedicamos al trabajo diplomático. Hacemos un gran trabajo para evitar que el antisemitismo se extienda en las redes, para educar en contra de este tipo de actos, en el área institucional, en temas legislativos y también en las relaciones bilaterales y multilaterales, trabajando con las organizaciones internacionales para luchar contra este flagelo. Creemos que hay que luchar contra el antisemitismo todos los días para erradicar este fenómeno de odio y racismo, ya que observamos con preocupación que estos hechos se han extendido mucho en algunas partes del mundo y hay que seguir prestando atención a los mismos. Muchas veces este discurso tiene raíces ideológicas profundas, pero otras veces es fruto de la ignorancia y por eso es importante insistir en el aspecto educativo, pero también tenemos que redoblar los esfuerzos en los aspectos institucionales y, por ello, es muy importante que todos los países del mundo se adhieran a la Alianza Internacional para la Lucha contra el Antisemitismo.
R.A.: ¿Cómo examina las relaciones de Israel con América Latina y, en especial, con Colombia y Venezuela?
C.C.: En general, le voy a decir que las relaciones de Israel con casi todos los países de América Latina son muy buenas, pero me voy a referir al caso de Colombia, que es el que nos ocupa, y le diré que son extraordinarias. En el último año y medio se está manifestando la alianza entre Israel y Colombia, que es de vieja data, y ahora se está dando con el valor de que cada país aporta al otro su valor agregado. Estas buenas relaciones se han manifestado en numerosos aspectos comerciales y económicos, como la reciente firma de un tratado de libre comercio (TLC) entre ambos países. Trabajamos en muchos terrenos, como la innovación y la tecnología, aspectos en los que Colombia ha puesto un especial énfasis. Para resumir, y como ya he dicho antes, las relaciones entre ambos países son excelentes y trabajamos en varios dominios para el desarrollo de las mismas.
Con respecto a Venezuela, examinamos con preocupación algunas amenazas, como las conexiones entre el régimen de Nicolás Maduro con Irán y Hezbolá y no vemos qué beneficios puedan obtener los venezolanos de sus relaciones con grupos y naciones que fomentan el terrorismo. Nosotros, por nuestra parte, no vemos nada positivo en esas relaciones y en la presencia de esos grupos que fomentan el terrorismo en América Latina. Este asunto, claramente, nos preocupa mucho y también a nuestros aliados en la región. Creemos que se debe incrementar la cooperación entre todos los países de la zona para conjurar estas amenazas, tal como lo expresó el presidente Iván Duque en una reunión celebrada en Bogotá con sus socios más cercanos y el resto de los países de la región. Estamos en primera línea con Colombia para hacer frente a esas amenazas.
Diálogo con Irán
R.A.: Se está hablando de retomar el diálogo con Irán e incluso de recuperar los acuerdos sobre los planes nucleares de este país con la comunidad internacional, ¿cómo examina esta posibilidad?
C.C.: El Estado de Israel y sus autoridades están analizando todos estos cambios y movimientos diplomáticos. Me imagino que en estos días tendremos instrucciones más precisas y cómo pronunciarnos acerca de los mismos. Lo que sí puedo decir de una forma categórica es que nadie puede permitir que Irán tenga armas nucleares o que desarrolle sus programas nucleares porque los mismos no serán empleados para la paz, sino para la guerra y con fines militares. Ese riesgo, esa amenaza, del programa nuclear iraní, estoy seguro que es compartida por el mundo entero y no solamente por Israel. Creemos que se debe minimizar esa amenaza nuclear, que lo es para nuestra región pero también para el mundo. La pregunta es cómo evitar que Irán tenga armas nucleares, pero también creemos que la comunidad internacional tomará las medidas adecuadas para evitar que un país que firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear ahora haya iniciado un programa nuclear.
R.A.: Cuando han pasado muchos años desde la fundación del Estado hebreo, ¿qué balance hace de la presencia de Israel en Oriente Medio y del actual momento en sus relaciones internacionales?
C.C.: Nos hemos convertido en un actor importante en la región con una prosperidad extraordinaria y con un nivel de desarrollo social, cultural, económico y tecnológico muy alto, incluso me atrevería a decir que impresionante. Me siento muy orgulloso de pertenecer a esa nación y de ser su enviado en el exterior. Creo que a lo largo de los años también hemos logrado establecer relaciones muy positivas con nuestros vecinos, aunque todavía tenemos mucho trabajo por delante y estoy seguro que lo acabaremos logrando con casi todos. A nivel internacional, además, hemos logrado que Israel sea considerado un referente en lo que se refiere a la tecnología y a la innovación a nivel mundial, casi un epicentro tecnológico. En muchas áreas, Israel ha destacado notablemente, como por ejemplo en el tratamiento de las aguas y en la agricultura, pero después avanzamos en otras áreas, como la construcción, el espacio y la medicina, donde mentes muy brillantes están dando la batalla contra el covid-19. Brillamos en numerosos campos y somos un referente mundial en muchas áreas. Y a los que no han visitado Israel, quiero aprovechar la ocasión para invitarlos ahora, aunque pueda resultar difícil a causa de la pandemia. Lo que sí le puedo asegurar es que para todos los que han visitado Israel la experiencia les resultó como transformadora. Somos una nación, un pueblo, con mucha historia pero también con mucho futuro por delante y con una mezcla de personas de todo el mundo que le dotan al país de una gran riqueza. Creo que Israel es un milagro que mira hacia el futuro tras muchos años de historia. Sabemos que ahora superaremos esta crisis global a causa de la pandemia y que saldremos adelante mirando hacia el futuro, tal como hemos hecho siempre.