Comunicado de la Embajada de Israel en Colombia:
La Embajada de Israel en Colombia realizó la donación de un moderno sistema de riego por goteo autocompensado de la empresa israelí Irri-Altal, como parte del proyecto de reconvención agroforestal con producción orgánica de Paramo Farms y ASOARCE en el municipio de Subachoque, Cundinamarca.
La Jefa de Misión Adjunta, Anna Keinan y el equipo del departamento Comercial de la Embajada de Israel, visitaron la finca demostrativa en Subachoque donde se reunieron con los líderes del proyecto y la comunidad campesina.
El proyecto de reconvención agroforestal, avalado por la CAR Cundinamarca y la Secretaría de Ambiente de Cundinamarca, promueve y lidera la siembra de cultivos 100 % orgánicos diversificados como el brócoli, kale, papas nativas, remolacha, yacon, entre otros, así como la siembra de árboles nativos para la reforestación de bosques de niebla esenciales para la biodiversidad y la protección de fuentes de agua fresca.
Este proyecto es un modelo que genera nuevas alternativas, generando un cambio de las actividades que contaminan la tierra, a prácticas que cuidan del medio ambiente y protegen el origen del agua de millones de personas. Adicionalmente beneficia a las comunidades campesinas de alta montaña, especialmente aquellas que hacen parte de los ecosistemas de bosque de niebla de la región.
Para Anna Keinan, es una alegría ver el resultado de este proyecto que se ha desarrollado con la cooperación de Paramo Farms y ASOARCE y que además se realiza en total armonía con nuestro medio ambiente. “En Israel aprendimos y seguimos aprendiendo a través de todos los desafíos que se avecinan, sobre cómo aprovechar al máximo la tierra que se nos ha dado. Las tecnologías agrícolas israelíes son de vanguardia y continuaremos compartiendo nuestro conocimiento y experiencia con alegría, a todos aquellos que busquen aprender e implementar”.
Nos llena de orgullo ver cómo la tecnología israelí de riego por goteo autocompensado ha mejorado la calidad y productividad de estos cultivos, haciéndolos más competitivos y sostenibles, no solo ambientalmente, sino también económicamente, brindándoles a los beneficiarios la oportunidad de establecer nuevos contratos con compradores directos y a precios justos. Esperamos que este modelo sea replicable y escalable a muchas más familias campesinas de estos ecosistemas de alta montaña.