Es realmente sorprendente que, pasados 70 años de la liberación de los campos de concentración, todavía sigamos descubriendo nuevas historias: ya sean tumbas masivas, gente que arriesgara su vida por esconder a los perseguidos o grupos que decidieron aceptar regresar a la guerra para ayudar a vencer la maquinaria nazi.
Este es el caso de los jóvenes que fueron reclutados por las autoridades militares estadounidenses, porque hablaban varios idiomas, (alemán, francés, italiano) y que además conocían la mentalidad alemana.
Ritchie era un lugar de entrenamiento militar situado en el estado de Maryland, no muy lejos de Washington D.C. después se llamó Fort Ritchie (Fuerte Ritchie), clausurado en 1998 y fue lugar de entrenamiento de 15.200 jóvenes escapados de la guerra entre los cuales había 2.200, judíos que llegaron a los Estados Unidos siendo niños, una gran parte huérfanos, habiendo perdido a sus padres.
Su entrenamiento consistió en contra inteligencia, interrogación, investigación y guerra psicológica. La mayoría de ellos continuaron su labor en los cuerpos de contra inteligencia. Otros fueron reconocidos en las diferentes carreras que escogieron.
Para los judíos fue algo totalmente personal, era su manera de vengarse de los horrores de la mentalidad de Hitler y su maquinaria asesina
Hay un documental, basado en el libro: The Ritchie Boys, escrito por Bruce B. Henderson.