En enero de 2023 falleció Paul Johnson, uno de los historiadores más completos del siglo XX pues ha desarrollado su inmensa sabiduría y erudición histórica comprometido con los valores del mundo liberal y de la civilización occidental.
Si bien en su juventud estuvo en el ámbito de la izquierda del partido Laborista de Gran Bretaña, concientizado que éste se dirigía al apoyo del campo totalitario, supo reemplazar su visión del mundo al igual que más tarde lo hiciera Mario Vargas Llosa, Jean-François Revel y otros. Sus investigaciones lo condujeron a presentar la historia de la humanidad como un campo de batalla entre los que detentaban la libertad en todos sus escenarios como lo fueron Karl Popper y Raymond Aron y los historiadores e intelectuales marxistas como Herbert Marcuse y Roger Garaudy.
Una forma de reflejar sus sólidas y valientes concepciones históricas sería cotejándolas con las de Eric Hobsbawm, otro conocido historiador de la época, cuya visión marxista de la historia no le permitía concebir los caracteres totalitarios y criminales de un Stalin (20 millones de personas sacrificadas), Mao Tse Tung (80 millones de asesinados) o Pol Pot (2 millones de gente masacrada).
Entre los estudios más importantes de Paul Johnson se encuentra “La Historia de los Judíos” desde el patriarca Abraham hasta el establecimiento del Estado de Israel. El Autor desarrolla en casi 800 páginas una interpretación magistral de 4.000 años de la gesta de un pueblo que ha dado a la humanidad aportes fundamentales para el desarrollo de la misma en todas las áreas del pensamiento, de los descubrimientos científicos y en los escenarios artísticos, hilvanando una correlación interdependiente entre la época de los Macabeos y el Movimiento Sionista. “Escribir la Historia de los Judíos es casi como escribir la historia del mundo observada desde el punto de vista de una víctima culta e inteligente”, menciona entre sus acertados razonamientos.
Es evidente que el sustento que adopta para su análisis de la parte antigua de la narrativa judía está basado en la valiosa contribución de los libros escritos por Flavio Josefo, el controvertido relator judío de la época romana.
Otro de sus tratados fundamentales es “Tiempos Modernos” donde desarrolla en forma admirable los hechos el siglo XX desde el fin de la 1ª. Guerra Mundial hasta los comienzos de la década del 80. Sus interpretaciones avaladas por una inmensa documentación logran equilibrar las innumerables desviaciones hemipléjicas de la izquierda pro-soviética, las que permiten entender mucho mejor los trágicos acontecimientos del siglo mencionado y las deformaciones políticas, económicas, culturales y sociales que condujeron a las inimaginables tragedias vividas.
En sus primeros capítulos de “Tiempos Modernos” destaca el importante descubrimiento de Albert Einstein referido a la Teoría de la Relatividad y profundiza su oposición total a la equivocada y perniciosa concepción del “relativismo”, especialmente el “relativismo moral” al cual los intelectualoides de todos los tiempos se aferran a fin de inculcar doctrinas peligrosas y perjudiciales para la humanidad.
En la “Historia del Cristianismo” presenta y recopila 2.000 años de su historial y la influencia que ha tenido en la Europa de aquel entonces, en América a partir de 1492 y en el mundo con posterioridad. Condensa en más de 600 páginas, con una valerosa profundidad, las distintas etapas y escisiones de esta religión que comenzara en las tierras de Judea y en la ciudad de Jerusalem. Como católico reconocido implanta sus estudios con amplitud y verdad reconociendo la esencia como algo genuinamente personal.
Otro libro formidable es su “Historia de los Estados Unidos” que sintetizaremos con los dichos de Henry A. Kissinger: “Una obra majestuosa cuyo tema son los hombres y mujeres prominentes y desconocidos que, con su energía, visión, coraje y confianza forjaron una gran Nación”.
Qué hablar de su texto provocador “Intelectuales”, donde se ocupa de exponer la vida de algunos de ellos, que contradice con sus ideologías, supuestamente puras y verdaderas, en oposición a sus actuaciones, públicas y/o privadas, relacionadas con el dinero, la dudosa higiene personal y su deplorable relación con la familia; por ej. Marx, Sartre y otros.
En “Héroes”, Paul Johnson, nos brinda una serie de grandes personajes, entre ellos Winston Churchill, al que más admira y de quien sostuvo: “De todas las figuras imponentes del siglo XX, tanto buenas como malas, Churchill fue la más valiosa para la humanidad y también la más simpática”.
Un seguidor de toda su publicación como lo es Sergio Ezequiel Zajdenberg considera que “En un mundo dominado por las apariencias vale la pena rescatar a este intelectual que ha tratado siempre de desenmascarar a los farsantes, a los charlatanes y a ciertos intelectuales que carecen de credenciales morales para aconsejar a la humanidad como debe actuar y organizarse”.
La trascendencia de este gran escritor y pensador será imprescindible para la mejor comprensión de la historia, de las relaciones internacionales y de las relaciones humanas de todos los tiempos pasados y presentes.