En la mañana del lunes 13 de marzo, un heterogéneo grupo nos encontramos en Berlín para comenzar un recorrido a través del tiempo y estudiar una realidad que ya no podemos cambiar. Pero como dijo Viktor Frankl “Cuando estamos en una situación que ya no podemos cambiar el desafío es cambiarnos a nosotros mismos”.  Con esta mentalidad emprendimos un gran camino.

En Berlín aprendimos sobre los comienzos de la época Nazi lo cual nos ayudó a visualizar lo que estaba a punto de estallar. Nuestra primera parada fue el Museo Judío que nos mostró los orígenes y grandeza del pueblo judío y sus comunidades no solo de Alemania sino de toda Europa. 

Visitamos la “Nueva Sinagoga” de Berlín que desafortunadamente fue destruida en gran parte en la Noche de los Cristales Rotos y posteriores bombardeos. Sachsenhausen nos mostró lo que era un campo de prisioneros políticos y personalidades prominentes que pudieran estar en contra del nuevo régimen. Posteriormente se usó también para prisioneros judíos. Vimos el lugar donde funciono la Gestapo y la SS – La Topografía del Terror, hoy convertido en un museo y la plaza donde fue la gran quema de los libros en 1933. También pudimos ver lo poco que queda del Muro de Berlín y con eso estudiar los años post guerra. No podíamos terminar nuestra visita a Berlín sin detenernos en el Monumento a los judíos asesinados de Europa. Grandes piedras de diferentes alturas que son parte del desarrollo de la cultura del recuerdo por parte del gobierno alemán, como una manera de hacerse responsable por los crímenes que dejaron los regímenes totalitarios en el país.

En nuestro camino ya dentro de Polonia pasamos por Zabikowo - campo de trabajo- antes de llegar a Poznan. En Poznan compartimos un emotivo momento con la presidenta de la actual pequeña comunidad judía (no más de 50 personas) quien nos mostró lo que en su momento habría sido una hermosa sinagoga que los nazis transformaron en una piscina pública. En la visita al pequeño cementerio nuestro rabino Goldschmidt fue entrevistado para la televisión polaca. 

Seguimos a Lotz, ciudad en donde se encontraba la segunda comunidad judía más grande de Polonia. Allí nos confrontamos con las dos caras del ghetto. Por un lado, visitamos el cementerio donde todas las víctimas pudieron ser enterradas de acuerdo con nuestras tradiciones y por el otro lado cómo el presidente de la judenraat se vio obligado a entregar a todos los niños del ghetto para ser deportados. Hoy en día una hermosa estatua de Moisés conmemora el lugar donde quedaba la sinagoga. En Lotz la realidad de los años más oscuros se hizo tangible cuándo visitamos Radegast, la estación del tren donde vimos tres vagones originales usados para las deportaciones hacia los diversos campos de concentración. 

Nuestro camino continuó a Cracovia donde fuimos a la única sinagoga que hoy en día está en constante funcionamiento para recibir la llegada de Shabbat. Al día siguiente recorrimos a pie las calles del barrio judio y del ghetto. Vimos remanentes del muro del ghetto y también visitamos el edificio donde quedaba la fábrica de Schindler hoy en día convertido en el Museo de la Segunda Guerra Mundial. Pudimos encontrar el nombre de Samuel Kopec en la lista de sus trabajadores.  

Al día siguiente visitamos los campos de Auschwitz - Birkenau. Un día de emociones muy fuertes y difíciles donde lloramos, resaltamos el heroísmo y las fuerzas de muchos por sobrevivir, encendimos velas en memoria de todos los que fueron asesinados y rezamos por sus almas.  

Continuamos nuestro recorrido en Varsovia donde nos sumergimos en lo oscuro que fue la vida en el ghetto. Aunque lo que fue el ghetto ya no existe, pudimos ver tan solo unos pocos tramos de las paredes que lo circundaban. Gracias a las imágenes fotográficas de nuestro guía Mario, pudimos tratar de visualizar lo que fue el famoso puente que comunicaba las dos secciones y la plaza de las deportaciones. Resaltamos la valentía y gran heroísmo de Mordechai Anielewicz y los movimientos juveniles en la resistencia y el levantamiento del ghetto. 

Visitamos también Treblinka (de noche y lloviendo) ubicado en medio de un bosque al nor-este de Varsovia. Este campo funcionó exclusivamente para el exterminio donde el promedio de vida era de tan solo 2 horas. En los 13 meses entre 1942 y 1943 fueron asesinados 850,000 judíos. Treblinka fue totalmente destruido y en su recuerdo se levantó un gran monumento. También se colocaron 17,000 piedras de diferentes tamaños representando tumbas y 216 de ellas están inscritas con los nombres de los pueblos de donde provenían las deportaciones.    

Nuestro recorrido finalizo en el campo de Majdanak ubicado dentro del casco de Lublin a 5 minutos de la famosa Yeshiva de los Sabios de Lublin. Este campo fue el primero liberado por los rusos y quedó casi intacto con sus barracas, cámaras de gas y crematorios. En la logística del manejo de las pertenencias despojadas de los asesinados – maletas, zapatos, joyas etc.… - este campo fue la central de acopio y distribución a Alemania. 

Recordamos a los valientes y a las víctimas. Lloramos al escuchar desgarradores relatos. Honramos a los justos entre las naciones. ¡En cada campo tuvimos una emotiva ceremonia donde dejamos una lágrima, una bendición, un poema, un relato, un pensamiento… una vela!

El heterogéneo grupo de 38 se volvió familia en poco tiempo. Una experiencia que nos marcará por el resto de nuestras vidas. A nuestro Gran Rabino… gracias por no perder la fe de poder realizar este viaje. Gracias por ser nuestro guía espiritual y acompañarnos en esta montaña rusa de emociones para no olvidar nunca lo que sucedió en este duro periodo de nuestra historia. Todos los relatos y todas las películas que alguna vez vimos no logran transmitir lo que vivimos como grupo. 

Un gran reconocimiento a nuestro magnifico guía Mario Sinay por su gran profesionalismo, conocimientos, investigaciones y forma didáctica de transmitirnos lo que sucedió entre 1933 y 1945. Como dijo Benjamín Franklin “Dímelo y lo voy a olvidar. Enséñamelo y lo voy a recordar. Involúcrame y me educaré”. 

Nos vamos con el compromiso de compartir esta única experiencia y de inspirar a muchos a seguir nuestros pasos. Nos vamos con una voz fuerte de gritar “Nunca jamás”.

Desde Mañana

(Escrito por un niño de 10 años en el Ghetto de Varsovia)

“Desde mañana estaré triste, desde mañana.

Pero no hoy, hoy estaré contento.

Y cada día, por más amargo que sea, diré:

Desde mañana estaré triste, pero no hoy.”

¡¡Mañana estaremos tristes… hoy NO… Am Israel Chai!!