“Una chispa puede encender toda una pradera”. Mao Tse Tung.

La situación bélica en el Medio Oriente se ha convertido en una cadena de dilemas en el que el alarmante y premeditado statu quo existente inhibe la toma de decisiones estratégicas y tácticas por parte de todos los participantes de este ridículo, aunque sangriento, juego de guerra iniciado por la Organización terrorista Hamas el 7 de octubre de 2023. 

Gaza

Es evidente que Hamas ha perdido su dominio territorial ya que el ejército de Israel puede dedicar actualmente sus esfuerzos a la “limpieza” de combatientes, la eliminación de sus jefes, a la destrucción de la inmensa red de túneles que se siguen ubicando y a la búsqueda de Yahya Sinwar, conductor criminal de estos asesinos luego de la muerte de Ismail Haniyeh en Teherán.

Su único y tétrico Activo son los 120 rehenes (vivos o muertos) que todavía oculta y ello limita el accionar israelí en la Franja. En una etapa subsiguiente se debería conformar una nueva administración en Gaza ya sea con los jefes de clanes de la zona según la idea de Mordejai Kedar y/o con personal de países musulmanes neutrales como Indonesia, Malaysia y/o Singapur. Imposible que sea la Autoridad Palestina (ANP) la que tome el control pues ni siquiera es capaz de gobernar y regir sus propios territorios en Judea y Samaria.

Líbano

La Organización terrorista Hezbollah prácticamente domina el decadente mapa político y militar de este país que otrora fuera la “Suiza del MO”.

Hezbollah, a las órdenes de la teocrática República Islámica de Irán, está dañando solo el norte de Israel pretendiendo que éste dude y se inhabilite de realizar operativos al norte del Rio Litani, llegando así hasta Tiro, Sidón y Beirut, a las que podría destruir como ya lo ha hecho con Hamastán en Gaza.

Un ataque de esa magnitud requiere del Ejército israelí una preparación superior a la realizada en Gaza y es lo que está organizando desde hace unos meses, pero es posible su dilatación en el tiempo considerando varias restricciones, entre ellas que Estados Unidos (USA) no vería en estos momentos con buenos ojos un estallido de dicha envergadura regional en el MO debido al período preelectoral del país. Asimismo, el Ejército de Israel debe considerar meticulosamente la minimización de las propias bajas que semejante operación seguramente producirá. Pero ¿cuánto tiempo más pueden estar los casi 100.000 habitantes del norte de Israel, desplazados en hoteles y residencias alquiladas debido a los continuos bombardeos de Hezbollah? ¿Puede el Estado de Israel dar por suspendidas las actividades civiles en toda la franja norte de su país ante una organización terrorista?

Irán

Como lo ha demostrado hasta ahora, probablemente este estado terrorista seguiría manejando los hilos de sus proxis sin entrar en la guerra directa con Israel-USA. Está viendo, como todo el mundo lo hace, que la Flota americana con sus gigantescos portaaviones y submarinos nucleares se ha establecido frente a las costas del Líbano, seguramente para intervenir en caso de un ataque directo a Israel. De acuerdo con Axios, Estados Unidos, Israel, Gran Bretaña, Francia y varias naciones árabes han finalizado los preparativos para defender a Israel ante un potencial ataque de Hezbollah e Irán.

Esta es la dolorosa encrucijada en la que se encuentra el Estado Judío: permitir a Hezbollah, y por extensión a Irán, este statu quo infernal en el norte o contraatacarlo dentro del territorio libanés para demoler su hegemonía terrorista que tantos costos está provocando en la región. ¡THAT IS THE QUESTION!