Todos los Shabatot, tanto en el Kidush de la noche como en el Kidush del día y en la Seudat Shlishi, nos regocijamos y santificamos el día con dos panes trenzados, a estos panes trenzados los llamamos Jalot, Jalá en singular. La particularidad de estos panes no es que sean trenzados; de hecho, pueden no serlo, el trenzar la masa es una costumbre que surgió siglos después dentro del pueblo judío. Lo interesante es que a diferencia de países hispanoamericanos, en Norteamérica a este pan trenzado se le dio por nombre "Jalá Bread", pan Jalá, pero ese pan no tiene nada que ver con la Mitzvá ni los requisitos que nos exige la Torá; empero, produce una serie de problemas cuando el judío promedio cree estar comprando una Jalá Kasher para Shabat cuando compra un pan trenzado de un establecimiento que vende productos Kasher y Treif a la vez; sobre todo, cuando el pan dice en su envoltura "pan Jalá".
La Parashá de Shelaj nos introduce la Mitzvá de separar Jalá de toda masa para que se la entreguemos al Cohen (Núm 15:20). Entonces, no sería equivocado pensar que para que ese pan llegue al estatuto de Jalá lo único que hay que hacer es separar un pedazo de masa y dársela al Cohen que esté cerca. La verdad es que no. Resulta que la Mitzvá de separar Jalá para el Cohen es una Mitzvá que cae dentro de una categoría de Mitzvot que nuestra Halajá llama "T'luyot BaHaretz"; es decir, Mitzvot que están conectadas directamente con el estado físico de Eretz Israel, lo cual implica que Eretz Israel tiene que existir tal como está establecido en la Torá para que estos Mandamientos se puedan llevar a cabo. Dentro de esta categoría caen las Mitzvot de Bikurim, Teruma y Ma'aser.
Históricamente hablando, las últimas tres Mitzvot mencionadas solo se pudieron llevar a cabo después de 14 años de haber ingresado a la tierra prometida debido a que los hijos de Israel se demoraron 7 años en conquistar la tierra y 7 años más dividiéndola entre las tribus respectivas; sin embargo, la única Mitzvá de esta categoría que se empezó a cumplir apenas cruzamos el río Jordán fue la de la Jalá pues su condición básica es que todo el pueblo se encuentre dentro de los límites geográficos de Eretz Israel, así no haya una delimitación o distribución de tierra.
Entonces, ¿por qué llevamos a cabo esta Mitzvá hoy en día si para cumplirla se nos exige que todos los judíos estemos en Eretz Israel, con Templo en servicio, etcétera? Pues bien; la verdad es que con la destrucción del Segundo Templo, la Mitzvá de Jalá pasó de ser de la Torá a ser un mandamiento rabínico con el firme propósito que no nos olvidáramos de esta Mitzvá mientras vivimos en la diáspora. Entonces los requisitos Halájicos de esta Mitzvá no son los mismos que los de la Torá; por ejemplo, de acuerdo a la Torá solo los Cohanim pueden comer Jalá, nadie más. Hoy en día, si bien tenemos una certeza del linaje de los Cohanim, no le damos la Jalá a ellos porque ellos no están en servicio; es decir, están impuros, como lo está la Jalá y como lo estamos todos los demás. Entonces, de esta Jalá rabínica todos podemos comer pero la verdad es que no comemos la Jalá, lo que comemos es el pan del cual se ha sacado Jalá. La pregunta que surge es, ¿qué hacemos hoy en día con esa Jalá que sacamos de la masa?
En la actualidad nuestro proceder es sacar de la masa una K'zaya, una cantidad aproximada al tamaño de una aceituna, al hacer esto decimos la Brajá B.A.A.E.M.H.A.K.B.V. Leafrish Jalá (algunos círculos ortodoxos dicen Leafrish Trumá) y dado que ningún Cohen la puede comer, la lanzamos al horno y la dejamos quemar hasta el punto que no sea comestible, mientras tanto la masa se hornea en pan, en ese pan que tomará el nombre de Jalá, sencillamente porque de él se extrajo esa porción que se llama así. Es por esto mismo que cuando se visita una panadería o una pizzería Kasher podemos ver encima de los hornos un poco de masa quemada, esa es la Jalá extraída de la masa que se ha preparado en el establecimiento. En aquellos hogares en donde se hornea Jalá las costumbres varían pero lo más apropiado es dejar la Jalá quemada en un lugar visible.
Ahora bien, ¿de qué masa se saca Jalá? De toda masa que provenga de los cinco cereales. Si a una masa se le agrega algún cereal o grano adicional, ya esa masa no requiere que se le saque Jalá. Lo mismo aplica si la mayoría de líquido es jugo u otro elemento líquido y no agua; de hecho, es por eso que muchos panes integrales, galletas y tortas no requieren que se les separe Jalá. Además de ello, también la cantidad de harina amasada exige la extracción de Jalá o no. La medida Halájica mínima para extraer Jalá de una masa es un Omer, el equivalente a 43 huevos y un quinto, esto equivale a cinco libras de harina aproximadamente; así mismo, se considera que dos libras y media de harina es muy poco para separar Jalá y toda medida menor a ella no exige tal procedimiento, lo cual deja una zona gris entre dos libras y media hasta cinco libras en donde es factible que se saque o no Jalá. Es la autoridad rabínica local la que determina si es apropiado o no hacer la extracción. De cualquier forma, es la opinión de muchos Poskim en la actualidad que si bien hay que adherirse a la Halajá, esta solo nos provee del mínimo para no substraer y del punto del cual es necesario hacerlo, dejando un área que en nuestros días, en estos tiempos tan oscuros, debemos utilizar para acercarnos más a Dios; por consiguiente, substraer Jalá y decir la Brajá a partir de dos libras y media de harina trae más luz a este mundo, siendo ello el comportamiento más deseable de Klal Israel.