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Moshe Govrin

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La gran mentira

2016-06-02

Govrin568

Alfe Menashé, 16 de mayo de 2016

La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad". Joseph Goebbels.

El 15 de mayo de 1948 terminó el Mandato Británico, como era Shabat Ben Gurión adelantó la proclamación del nuevo estado judío al día 14. Ayer, Mayo 15, los árabes de nacionalidad israelí conmemoraron la por ellos llamada Nakba, palabra árabe que significa que significa "catástrofe" o "desastre", utilizado para designar al así llamado “éxodo” palestino de 1948.

Ayer la Lista árabe unificada a la Knéset realizó su acto central en la Universidad de Tel Aviv. Su líder, Hyman Uda dijo: “La Nakba es nuestra desgracia…Es importante conmemorarla precisamente en Tel Aviv con un mensaje para todos los ciudadanos del país. La Nakba no es solo el doloroso pasado sino también la posibilidad de un futuro común”.

Por la mañana los diputados árabes se hicieron presentes en la tumba de Izz ad-Din al-Qassam[i] “héroe” árabe y cuyo nombre utilizan los grupos armados de Hamas en Gaza. Este es el héroe para un próximo futuro común en las palabras de Uda.

Como es sabido los Estados árabes y los árabes rechazaron el plan de partición e iniciaron su guerra. Los árabes de Eretz Israel abandonaron sus casas escuchando al llamado de sus líderes para regresar cuando la victoria y luego de arrojar a los judíos al mar. También para quedarse con las propiedades de los judíos y sus mujeres. El propósito era claro: acabar con la población judía.

Según la propaganda árabe “los judíos - israelíes los expulsaron de su patria”. En 1966, la escritora y periodista estadounidense Marie Syrkin (1899-1989) publicó un ensayo titulado “Los refugiados árabes”, en el que narraba su testimonio de primera mano sobre la salida de cientos de miles de árabes (entonces el término “palestino” se aplicaba también a los judíos) del naciente Estado de Israel. Syrkin iniciaba su texto con una necesaria introducción, dirigida sobre todo a las personas de buena voluntad que no comprendían la posición israelí sobre el tema.

“Llegué a Palestina en junio de 1948(…) La impresión principal que obtuve en todas partes, a través de mis entrevistas con árabes que habían aceptado la autoridad del Estado de Israel en lugar de huir con el enemigo, y de mis conversaciones con el clero de diversas religiones, que había observado impotente la partida de sus congregaciones, fue la de una consternación asombrada.

Los árabes concordaron en que los aldeanos que escaparon podían haberse quedado así como lo hicieron ellos, pero los refugiados habían “escuchado al muftí”; y el clero cristiano describió escenas de un miedo incontrolable al que no era posible contener por medio de ninguna afirmación de confianza. Una Madre Superiora me contó: “Yo les dije: ‘No tengan miedo; los protegeré’; pero ellos huyeron”. Los judíos con quienes hablé estaban aún turbados por el espectáculo de decenas de miles de árabes que abandonaban sus hogares y propiedades y se precipitaban en medio de salvaje pánico hacia el mar o las montañas. Las aldeas árabes desiertas, los barrios árabes abandonados de Yafo y Haifa, presentaban el mismo aspecto desconcertante. Oí muchas explicaciones contradictorias: los jefes árabes habían ordenado el éxodo; los ingleses lo habían instigado; la “propaganda de atrocidad” del mufti había sido contraproducente.

Las dos líneas de pensamiento —que el éxodo fue parte deliberada de la estrategia militar árabe; o bien que fue una estampida incontrolable que el mando árabe se esforzó, sin éxito, por detener— no son contradictorias. Evidentemente, lo que empezó como un movimiento calculado degeneró en un frenesí irracional. El desarrollo del éxodo, así como las declaraciones árabes, indican que la huida fue estimulada al principio por el mando árabe para incitar al populacho (ya que los árabes de Palestina habían mostrado poco entusiasmo para el combate), así como para crear un problema artificial del “refugiado” árabe que despertara la simpatía mundial, contrapesando las reclamaciones de los refugiados judíos; y, por último, para preparar el terreno para la invasión por parte de los países árabes, que podrían entonces aparecer como los salvadores de sus hermanos. Una razón adicional fue, sin duda, el deseo de evacuar a los civiles árabes de un territorio que los países árabes esperaban bombardear.

Pero el sencillo funcionamiento de este esquema fue alterado por la misma perfección de su éxito y, así, una evacuación meditada se trasformó en una estampida histérica”.

Está la verdad aun cuando a los historiadores “post-sionistas” como por ejemplo -pero no solo a- Ilan Pappe, les pese. Ya lo dijo Goebbels mentir, mentir, mentir hasta que se convierta en verdad. Manipular a la gente como hizo Ben Rhodes, el asistente y gurú de Obama para firmar el acuerdo nuclear con Irán y para abandonar a los aliados tradicionales de EEUU en el medio oriente.

El think tank israelí, Instituto Reut, resume así la imagen hoy de Israel: “Israel es presentado como un país interesado no en la paz, sino en perpetuar la ocupación de los territorios palestinos. Se le identifica con el régimen del apartheid de Sudáfrica. Se le acusa de discriminar a la población palestina y de conculcar los derechos humanos. Se intenta aplicar las leyes internacionales contra sus dirigentes. Su sistema legal es denunciado por falta de legitimidad. El trato de Israel a los ciudadanos palestino-israelíes es objeto de análisis y críticas internacionales. Y, por último, hasta el lobby israelí en Estados Unidos - AIPAC - comienza a ser cuestionado”.

Por eso mismo tenemos todo el tiempo que repetir, repetir y repetir la verdad. Más aun en un mundo como el actual, mundo en el que según parece Irán y Hezbolá asesinaron a su jefe militar en Siria y quien fuera responsable del asesinato del premier libanes al-Hariri para evitar que si es capturado “cante”. Así solucionan los nuevos amigos de Obama sus problemas. Un mundo en el cual Irán sigue no solo negando a la Shoá sino que todos los años organiza un concurso de caricaturas antisemitas y en esta oportunidad agregó una nueva categoría – caricaturas de Netanyahu. Ellos se quejan, tal como Erdogan, si se les satiriza, pero a ellos les está permitido todo: negar la Shoá, incluso amenazar con el exterminio de nuestro Estado y el mundo calla.

Un mundo en el cual el nuevo Alcalde de Londres es musulmán y dice que es moderado. Para demostrarlo viene de visita próximamente a Israel. Fue elegido con el voto del 100% de los musulmanes en las zonas en las cuales viven. Veremos…

¿Y en EEUU? La alianza con los judíos “cosmopolitas” comienza a erosionarse. La propaganda y los nuevos vientos hacen lo suyo. Mientras… Clinton, Bill, hace unos días en New Jersey se refirió al conflicto palestino-israelí en respuesta a una persona que lo interrumpió, y defendió al Estado judío: “Hamas trata de poner a los israelíes en una posición de no defenderse o matar a inocentes". También se refirió a Israel y destacó el apoyo al proceso de paz con los palestinos, tanto de él como de su esposa, Hillary Clinton.

El tema surgió cuando una voz en la multitud gritó: "¿Qué hay sobre Gaza?" Clinton haciendo referencia a las negociaciones encabezadas por el entonces presidente egipcio Morsi durante la Operación Margen Protector: "(Hillary) y el presidente de la Hermandad Musulmana detuvieron la guerra entre Israel y Hamas en Gaza".

El hombre lo interrumpió de nuevo: "Ella dijo que la neutralidad no es una opción", lo que llevó a la audiencia a abuchear. Clinton respondió: "Depende de si le importa lo que le que sucede a los palestinos en contraposición al gobierno de Hamas y a la gente con los misiles guiados”.

Sin quedarse satisfecho, el miembro de la audiencia insistió en voz alta: "No había seres humanos en Gaza".

"Sí, había", dijo Clinton y agregó: "Hamas es muy inteligente. Cuando decide lanzar cohetes contra Israel, lo hace desde los hospitales, las escuelas y las zonas altamente pobladas. Son inteligentes". "Así que tratan de poner a los israelíes en una posición de no defenderse o matar a inocentes", agregó.
 
El ex presidente compartió sus propias experiencias decepcionantes en el intento de llevar la paz a la región. "Me maté para dar a los palestinos un Estado”, aseguró. "Tenía una oferta que rechazaron que les habría dado toda Gaza, entre el 96 y el 97 por ciento de Cisjordania, compensando tierra con Israel, lo que sea."

¿Estas palabras se dicen por la vecindad con las próximas elecciones? Hillary, ¿necesitara más apoyos y más fondos?

Ya veremos.


1 Fue un influyente predicador árabe y clérigo del Islam suní durante el Mandato Británico de Palestina. En 1930, fundó al-Kaf al-Asuad («la Mano Negra»), el primer grupo organizado de militantes palestinos. El Gran Mufti de Jerusalén Hajj Muhammad Amin al-Huseini, un clérigo musulmán muy poderoso durante aquella época y posteriormente estrecho colaborador de los nacionalsocialistas alemanes, le acercó. En 1929 al-Huseini, tío de Yasir Arafat, lo designó como secretario de matrimonios mediante el Consejo Supremo Musulmán y su corte de Sharia en Haifa. En su trabajo como secretario, al-Qassam viajaba entre las aldeas norteñas, animando a los residentes para fundar cooperativas agrícolas, una idea rara entre los árabes de aquel tiempo, y quizá tuvo su origen en el moshav.

En 1930 al-Qassam tomó la lucha en sus propias manos y fundó la cuadrilla armada a «Mano Negra. Tuvo ideas anti-sionistas y anglófobas, y fue el primero grupo militante árabe prohibido en el mandato como una organización terrorista. Hasta 1935 la Mano Negra contaba con entre 200 y 800 personas. Las cuadrillas estaban equipadas con bombas y fúsiles; aprovecharon para asesinar judíos, destruir árboles y hierbas plantados por los mismos judíos, y sabotear los ferrocarriles de los británicos.

En noviembre de 1935, tras el asesinato de un policía británico, al-Qassam huyó de Haifa con doce seguidores a la región montañosa entre las ciudades de Nablus y Yenín. Su huída duró durante diez días, en donde los campesinos les daban alimento. Durante su huida dos de sus hombres mataron a un policía judío de una patrulla de aquella área, un acto que atrajo una cacería coordinada de los británicos. Al-Qassam fue acorralado en una cueva al lado de la aldea Ya'bed. Al-Qassam murió en la escaramuza que siguió. Su aura proviene del hecho que no se rindió…


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