La festividad bíblica de Sucot dura siete días, siete días donde tenemos que habitar en la Sucá y regocijarnos con las 4 especies. Los dos primeros días son de convocación santa; es decir, son Yemei Tovim (días santos guardados como Shabat). Sin embargo, el último día de la festividad no es considerado Yom Tov, sencillamente hace parte de Jol HaMoed (los días de la festividad donde se puede llevar a cabo cualquier labor); empero, esto no quiere decir que este séptimo día, Hoshaná Rabá, no tenga una serie de Halajot y Minjaguim que nos recalque su importancia como el último día de la festividad de Sucot.
Hoshaná Rabá es una palabra en arameo que literalmente significa la Gran Súplica y la celebramos el 21 del mes de Tishrei. Durante la semana de Sucot le damos una vuelta a la Bima con las 4 especies, excepto en Shabat cuando no utilizamos las especies para no romper la Melajá (labor prohibida) de cargar en dominio público, sin embargo en Hoshaná Rabá damos un total de siete vueltas alrededor de la Bima entonando Hoshanot (súplicas). En Sucá 4:5, la Mishná nos enseña: “Era la costumbre hacer una procesión alrededor del Altar con las 4 especies durante la semana de Sucot y siete en el séptimo día”. Esto nos enseña que esta costumbre tiene su base en el ritual que se llevaba a cabo en el Beit HaMikdash (Templo) de Yerushalaim. El propósito principal de este proceder, tanto antiguamente como en la actualidad, es expresar el regocijo y la gratitud por un año próspero y productivo. Estas siete vueltas corresponden a siete palabras que se encuentran en el Salmo 26:6 que dicen: “Erhatz Benikayon Kapay Va’asovevah Et Mizbajaha HaShem”. Lo cual quiere decir: “Lavo mis manos en pureza y circulo alrededor de Tu altar oh Señor”.
En este día cada una de las vueltas es llamada Hoshaná y cada una de ellas se hace en honor de un profeta o hijo de un patriarca de Israel; a saber, Abraham, Isaac, Jacobo, Moisés, Aarón, José y David HaMelej.
Para el judío promedio puede ser ajeno otras costumbres menos populares para este día como lo es el Tikun HaShaná Rabá. Así como en Shavuot es nuestra costumbre permanecer toda la noche despiertos estudiando Torá, en HaShaná Rabá también existe la costumbre de tener un Tikun, un orden de estudio para la noche. La costumbre básica es leer el Sefer Devarim (libro de Deuteronomio) y Tehilim (Salmos); sin embargo, dependiendo de la comunidad, se puede agregar a esto pasajes del Zohar, Selijot (Perdones) y una lectura pública del Sefer Devarim seguida por una Seudat Mitzvá (comida festiva). Cualquiera que sea el caso es importante imprimir a nuestras comunidades de estas costumbres bien sea parcial o totalmente. Resulta trágico que justo después de haber recibido el perdón de Dios y el de nuestro vecino no podamos ir un poco más allá de nuestras propias comodidades para ser mejores judíos y así mismo, mejores seres humanos para Klal Israel y para todos aquellos que nos rodean.
Otra costumbre muy importante para nosotros, incorporada en nuestro proceder en Hoshaná Rabá desde el tiempo de Ezra, son los Aravot (sauces). Despues del rezo de Shajarit y de Musaf en HaShaná Rabá, es nuestra costumbre tomar cinco ramas de sauce llorón para golpearlos en el suelo o contra otra superficie simbolizando la eliminación de todo pecado al igual que para endulzar los atributos Divinos de justicia. Esta acción no requiere ningún tipo de Brajá de acuerdo al Rambam y al Shulján Aruj (código de ley judía) porque es un Minjag (costumbre); sin embargo, al hacerlo decimos la siguiente expresión en arameo: “Jabit Jabit Velah Barij”. Es importante agregar que esta costumbre también simboliza una oración para la lluvia esperando un buen año agrícola.
En relación con la costumbre de los Aravot de HoShaná Rabá el Midrash Vayikra Raba 30:12 nos enseña que estos Aravot representan al judío promedio que no está educado en Torá y que debe ser sacudido de ese estado. Rav Abraham Isaac Kook, el primer Gran Rabino de Israel, dice acerca de este Midrash que estos judíos promedio tienen una contribución enorme a Klal Israel, pues están bendecidos con sentido común y más, agregando que golpear los Aravot contra el suelo simboliza que este judío promedio provee un poder natural y saludable que forma parte fundamental del arsenal que forma al pueblo judío; entonces, no golpeamos con el Aravá sino que golpeamos junto al Aravá. En pocas palabras, todos nos sacudimos de nuestro estado de comodidad e inercia uniéndonos como un solo pueblo que somos.
Si bien, en este día no se encienden velas ni se hace Kidush, es importante tener comidas festivas que incluyan Hamotzi con miel. Tanto en el mundo Ashkenazí como en el mundo Sefardí, tenemos varios platos que reservamos exclusivamente para HaShaná Rabá y mantener estas pequeñas tradiciones ha contribuido a que nosotros continuemos siempre fuertes a pesar de las vicisitudes que agobian a nuestro pueblo. Así que procuremos comer en este día sopa de Kreplaj y Braketz hechos de hoja de repollo para mantener esos pequeños detalles de HoShaná Rabá vivos.
דניאל יעקוב שמואלס אברהמס
חרב דישא
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