En Mayo 12 y 15 del 2017, en ésta columna, fueron publicados 2 Artículos, YOM HASHOÁ I Y II. Del hebreo, YOM (día) y HASHOÁ (holocausto) hace referencia a la masacre que el mundo, directa o indirectamente, como ejecutor o cómplice, cometió contra el pueblo judío: la programada e industrializada muerte de 6 millones de judíos, durante la II Guerra, por las huestes Nazis y antisemitas.
Todas las fuerzas de producción de las Empresas que surtieron al Estado Nazi, tuvieron que saber que había todo un proceso industrial asesinando judíos.
Los comerciantes de Maderas, los fabricantes de Alambre de Púa, de Instalaciones Eléctricas, de Ladrillos Refractarios, Hilanderías y Materiales de Confección, los de la Tinta para Tatuar a los presos, los de los Gases Venenosos y del Sistema de Aplicación, para el asesinato masivo, etc. Los maquinistas de los vagones de tren donde transportaban como animales a los judíos, hacinados, sin poder salir de los vagones. Los mismos soldados: el que patrullaba la ciudad, como el que salía de franquicia del Campo de Concentración, etc.
Y así sucesivamente, llegaba la información a los hogares de los Soldados y a la de los Propietarios/Gerentes de esos negocios o industrias y de ahí para abajo en la escala laboral.
¿Pero por qué el odio, persecución y aniquilamiento de los judíos?
Dice el Pentateuco, que hablar Lashón Ha-rá, es peor que despotricar de Dios. Por eso, el pedir perdón con los labios, después de una infamia, es un imposible, por cuanto el mal se hizo a eternidad.
Para comprender lo anterior, hay una breve historia: Un sujeto hablaba mal del Rabino (maestro) de su Comunidad. Finalmente va a donde el Rabino y le pide perdón. El Rabino le contesta, que lo perdonará después de un proceso: Ir a la casa del Rabino, un 3er piso, con un par de almohadas. El sujeto llega con el encargo y el Rabino le dice que abra las almohadas y suelte las plumas de ganso desde la terraza. Así lo hace. El sujeto le pregunta. ¿Eso es todo? Sí, dice el rabino. Yo perdono tus habladurías, una vez hayas recogido, las plumas que fuiste botando a diestra y siniestra. Obviamente, ello ya era un imposible.
De igual manera, pasa con el Lashón Ha-rá, cometido contra el pueblo judío. Lo estigmatizaron, hasta más no poder, hasta el día de hoy, de haber asesinado *al hijo de Dios*, que aún es perseguido, como periódicamente leemos y escuchamos por la media.
Asesinatos de Rabinos, en sinagogas, vandalismo en cementerios y atentados a instituciones judías.
De ahí que pedir “perdón con los labios”, no funciona. Para este caso en particular. Funcionaría, si se borrase de la *mente de la historia*, “que no, que no fue el pueblo judío, el que mató al *hijo de Dios*.
Por ello, el perdón pedido por Juan XXIII y Juan Pablo II, -debido a esa infamia-, no ha sido concedido, porque la infamia no ha sido borrada de la mente de la humanidad.
Y lo acabamos de oír de boca del ex Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, cuando dijo que una Ley del Estado-Nación Judío, emitida recientemente en Israel, trataba a los árabes-palestinos, semejante a como el nazismo había hecho contra los judíos.
¿Cómo un Ex Presidente puede decir tanta estupidez?
Y así como le pasó al Rabino, le pasó al pueblo judío. Fue culpado todo el pueblo, a través de los siglos, por haber “asesinado al hijo de Dios”. Esa especie propagada, como las plumas de ganso, a través de la historia, fueron creando el antisemitismo contra el pueblo judío, pasando por la Inquisición de Isabel la Católica, las Cruzadas, los Pogroms (Diccionario Larousse: Palabra rusa. Movimiento popular dirigido por las autoridades Zaristas para la exterminación de los judíos) y agrego: No con la desaprobación de la Iglesia Ortodoxa Rusa y hasta principios de los años 1940’s con el Nazismo.
Esos perdones tendrían que borrar de la humanidad la conciencia antisemita, generada desde hace cerca de 2 siglos.
¿Recogerá ese perdón, las plumas de ganso de la difamación contra el pueblo judío?
