Nos encontramos en el periodo conocido como Aseret Yemei Teshuvá (los Diez Días de Arrepentimiento), el cual finaliza con la majestuosa festividad de Yom Kipur. Estos son días muy importantes para nosotros como judíos, son días en los cuales pedimos perdón a nuestro prójimo y perdonamos las atrocidades que nuestros prójimos pudieron haber hecho contra nosotros, son días de introspección y reflexión para todos nosotros en todos los aspectos de nuestras vidas para mejorarnos como judíos y como humanos.
Nuestra tradición nos enseña que en Yom Kipur Dios perdona los pecados que hemos cometido contra Él y Su Sagrada Torá más no aquellos que hemos cometido con nuestro prójimo; eso, eso es algo que nosotros debemos hacer por nosotros mismos. De cualquier forma, hay instancias en donde la situación puede no ser tan simple... Esas instancias particulares nos llevan a un concepto que durante estos días nos debería resonar más y sobre el cual deberíamos profundizar más por sus múltiples implicaciones Halájicas.
Esas instancias particulares, las cuales pueden sonar absurdas e inciertas para algunos, infortunadamente son la cotidianidad de muchos judíos cuyo proceder puede estar basado en la ignorancia y asimilación que hoy en día destruye a nuestro pueblo, nuestra Halajá y nuestra Torá. Son esas instancias las que nos llevan a un término Halájico conocido como Jilul HaShem (Deshonrar el Nombre de Dios). El término es bastante severo, no es algo sencillo decir que determinada cantidad de judíos hacen Jilul HaShem todos los días como si nada; empero, nuestra realidad nos evidencia exactamente eso (OU, HaMaOr, ORCA han llevado a cabo encuestas y estadísticas extensas sobre este hecho puntual y los resultados resultan devastadores); entonces, qué mejor momento que este pare reflexionar sobre este posible acto contra Dios que para muchos resulta imposible en la actualidad y que no tan sencillamente se perdona en Yom Kipur.
Puntualmente Jilul HaShem es un acto que viola la prohibición de la Torá de deshonrar el nombre de Dios. Esta prohibición aparece 4 veces en el libro de Levítico (18:21, 19:12, 22:2 y 23:32), la base general de la prohibición dice: “Y no deshonraréis Mi Sagrado nombre (...)”. Jilul HaShem sucede cuando un judío actúa de manera inmoral delante de otros, bien sean judíos o no. Debido a que la Halajá establece que los judíos somos los representantes de Dios y de su código moral acá en la tierra, cuando un judío actúa de manera inapropiada delante de otros (el énfasis Halájico en este caso específico radica en que el acto prohibido sea hecho de manera pública e indiscriminada) él ha representado a Dios de una manera negativa y por consiguiente ha deshonrado Su nombre. Desde esta perspectiva, Jilul HaShem es el opuesto contrario al concepto de Kidush HaShem (la santificación del nombre de Dios); el cual, es un acto donde se trae honor, respeto y gloria al nombre de Dios.
Actuar de manera inapropiada puede ser algo bastante insignificante que podemos considerar irrelevante por cuanto puede ser algo que forma parte de la cotidianidad de una persona; por ejemplo, comer Tref (no Kasher) en un restaurante no Kasher (y para aquellos que lo dudan: Sí, sí es posible comer Kasher en un restaurante no Kasher), entre tantos otros ejemplos que podemos nombrar. En este caso vemos los tres factores principales en juego; a saber, por un lado el incumplimiento de las leyes de Kashrut y por el otro, el que el acto se hizo en público por voluntad propia. En este ejemplo nadie obligó a nadie a hacer nada en público. Esto es importante porque bajo ciertas situaciones se permite deshonrar el nombre de Dios en público, este es un tema muy profundo que va en ambas direcciones.
De acuerdo al Talmud, en la Masejta de Sanhedrin 74a, en el dado caso en que un judío se encuentre entre la vida o la muerte al ser forzado para llevar a cabo un acto contra la Torá, su deber es llevar a cabo la prohibición para preservar su vida. De cualquier forma, hay tres excepciones en donde debe dar su vida antes de llevar a cabo la prohibición. La primera es la más severa y la más conocida por su intrínseca conexión con Pikuaj Nefesh (proteger la vida), se trata de morir antes de cometer idolatría, actos sexuales inapropiados y asesinato. La segunda es si una persona es forzada a cometer aún cuando sea la menor prohibición delante de 10 personas o más; entonces, debe dar su vida antes de realizarla. Y la tercera es si un judío se ve obligado a llevar a cabo una prohibición establecida por un gobierno foráneo.
Tanto Rashi en su Peirush sobre este pasaje del Talmud como el Rambam en su Mishná Torá en Yesodei HaTorá 5:1, establecen que las 2 últimas excepciones radican en que todo pecado llevado a cabo en público y todo pecado realizado por decreto de un gobierno son actos de Jilul HaShem y la prohibición de deshonrar el nombre de Dios es tan severa que todo judío debe morir antes de realizar ningún acto prohibido bajo dichas condiciones. Pero recordemos, esto en el caso que se esté forzando externamente a un judío a llevar a cabo dichos actos. Sin embargo, ¿qué pasa cuando dichos actos son llevados a cabo arbitrariamente por voluntad propia por un judío? Precisamente Jilul HaShem. Kitzur (resumen), son tres los aspectos que determinan un acto de Jilul HaShem; a saber, llevar a cabo una prohibición MiDeOraita (de la Torá) o MiDeRabanan (de los rabinos), llevarla a cabo en público y realizarla por voluntad o beneficio propio.
Aparte de esto, un aspecto particularmente interesante de Jilul HaShem, específicamente de la primera condición mencionada anteriormente, es que aún cuando no se haya violado técnicamente ninguna prohibición aún se puede ser culpable de Jilul HaShem. De acuerdo al Sefer HaJinuj, Mitzvá 295, si un líder religioso o un judío que es percibido como un judío ejemplar lleva a cabo actos indebidos (aquí se incluyen cosas como hacer comentarios de mal gusto, insultos, chistes fuera de lugar, etcétera), esto es considerado Jilul HaShem. El Rambam, por su lado, en Deot 5:13 de su Mishná Torá, establece que un judío estudioso de la Torá que actúe inapropiadamente frente a un judío menos estudiado es un judío que comete Jilul HaShem; por consiguiente, todo rabino o estudioso de la Torá que actúe inapropiadamente delante de otros también es culpable de Jilul HaShem.
El asunto de Jilul HaShem es tan frecuente como complejo y no es tan sencillo como decir: “Ayuno en Yom Kipur y listo”. Nuestra Halajá nos enseña que es necesario tomar pasos y medidas extraordinarias cuando esto ha sucedido debido a que el ayuno y la Tefilá (rezo) por sí solas no son suficientes. El Mejaber en su Shulján Aruj nos enseña que en estas instancias el ayuno resulta secundario si no estamos en la disposición de aceptar nuestros errores con el firme propósito de cambiar completamente nuestro comportamiento. Esa es la medida adicional que debemos tomar en estos casos. No justificar nuestra ignorancia ni nuestra asimilación culpando a otros y no asumiendo nuestra responsabilidad en dichos actos. El asunto no es sólo pedir perdón y a los dos días regresar a las mismas o peor aún, pensar que Yom Kipur nos quitó todos los pecados porque ayunamos.
Esperando que Klal Israel reflexione sobre estos aspectos para que todos veamos una redención absoluta en nuestros días, Guemar Jatimá Tová!