La Parshá de Yitro es una de las más importantes como pilar de nuestro judaísmo moderno en tanto nos entrega los conceptos fundamentales de líder y juez religioso así como los Diez Mandamientos.
Al llegar al campamento donde se encuentran los israelitas, Yitro, suegro de Moshé Rabeinu, le recomienda que haga una jerarquía de magistrados y jueces que le ayuden en la ardua labor de gobernar y administrar justicia al pueblo. Esta idea es la que, junto con el concepto Divino de los 71 ancianos, eventualmente tomará la forma de rabino en nuestros días. A diferencia del errado concepto que un rabino es un maestro; de hecho, la labor principal de un rabino es la de ser juez, la de emitir un veredicto de acuerdo a la Halajá en cualquier situación. Es con estos veredictos o legislaciones que el rabino toma una posición de educador; sin embargo, no es al revés.
En último análisis, es la figura del rabino la que ha procurado que nuestro judaísmo perdure y se adapte a través de los siglos y las vicisitudes que sufrimos, día a día, en la diáspora. La Parshá de Yitro nos entrega esa primera piedra angular que nos ha traído hasta la actualidad.
De cualquier forma, son los Diez Mandamientos los que toman el acto central en esta Parshá, nuestros Diez Mandamientos no sólo son la base de nuestro devenir social y religioso sino también lo son para la sociedad occidental en general. En esta ocasión es el Quinto Mandamiento el que nos proporcionará material para saber qué otros conceptos Halájicos surgen del mismo.
En hebreo, el Quinto Mandamiento se conoce como Kibud Av V’Em, honrar a padre y madre; la palabra Kibud, en este caso, significa honrar más no lo que en hebreo moderno se conoce como refrescos o aperitivos o bocadillos. El Mandamiento como tal enuncia: “Kabed Et Avija V’Et Imeja” (Ex 20:12), lo cual significa: “Honraréis a vuestro padre y a vuestra madre”. Esta Mitzvá de honrar a nuestros padres es una de las más extensivas con respecto a las particularidades que la involucran a sí misma, tal como se registró anteriormente en esta misma sección, ya hace un tiempo atrás. Empero, es la enunciación de nuestra sagrada Torá la que nos va a dar paso a las diferentes obligaciones Halájicas que esta Mitzvá propicia fuera de sí misma.
El Talmud, en la Masejta de Ketubot 103a, nos enseña que la Vav antes de Et en la frase “V’Et Imeja” implica que no sólo debemos honrar a nuestros padres sino que también debemos honrar a nuestro hermano mayor. Debido a esto, Najmánides establece que honrar al hermano mayor es un mandamiento de la Torá; sin embargo, el Rambam en Hiljot Mamrim 6:15 sostiene la opinión que dicho mandamiento es rabínico basado en dicho versículo. Obviamente Najmánides, en su comentario del Sefer HaMitzvot del Rambam, lleva la propuesta un poco más lejos y determina que dicha obligación existe sólo en tanto los padres estén vivos; sin embargo, la mayoría de nuestros Poskim establecen que esta obligación va aún después del fallecimiento de los padres, sosteniendo que dicha es la posición más estricta y lógica. Rav Ovadia Yosef en Yalkut Yosef volumen 2 en Kibud Av Va’Em 14:17 legisla que se debe mantener una posición estricta frente a esta legislación; es decir, debemos honrar a nuestros hermanos mayores aún después de la muerte de nuestros padres.
Es factible que surja naturalmente en nosotros el respetar a nuestros hermanos mayores, así como a nuestros padres, a nuestros maestros, a los mayores, etcétera. Empero, existe una razón filosófica y teológica que nos guía en este camino; el cual, para nuestro caso, hace énfasis en los hermanos mayores. Son los padres los que educan a sus hijos para que respeten a sus hermanos mayores; entonces, sería irrespetuoso para con nuestros padres no honrar a nuestros hermanos mayores. Sin embargo, dicho respeto es adquirido con una responsabilidad inherente del hermano mayor hacia el menor. De hecho, el Midrash Rabah en Génesis 84:15 nos relata que el motivo por el cual Rubén salvó a Yosef de la muerte, a manos de sus hermanos, y en cambio los convenció de lanzarlo a un pozo con la esperanza de poder regresar más tarde por él, es porque pensó para sí mismo: “Yo soy el primogénito, la culpa de la muerte de Yosef caerá toda sobre mí”. Es bajo esa óptica que nuestra tradición establece que el primogénito es responsable por sus hermanos menores; a cambio, ellos lo respetarán y honrarán como a un padre.
Pero, ¿de cuál hermano mayor estamos hablando? ¿Sólo del primogénito o de todo hermano mayor que nos anteceda? Y, ¿qué pasa con nuestras hermanas mayores? Pues bien, empecemos por las mujeres, como debe ser, Birkei Yosef en Yoreh De’ah 240:17 nos enseña que es nuestra obligación respetar y honrar a toda hermana mayor. Recordemos que el Talmud, en la Masejta de Avoda Zara 17a, nos relata que el gran sabio Ula le besaba la mano a su hermana mayor en forma de respeto cuando salían de la sinagoga. Aparte de ello, el Midrash Rabah en Génesis 74:4 nos relata que Rajel fue castigada por hablar antes que su hermana mayor Leah. Todo esto siendo un índice que el respeto y honor hacia toda hermana mayor es obligatorio como a todo hermano varón mayor.
Paradójicamente, hay opiniones como la del Rashbam, en la Masejta de Baba Batra 131b, quien establece que dicho deber solo es para el hermano mayor primogénito. Rav Ovadia Yosef contradice esta posición legislando en Yalkut Yosef 14:17 que uno está comandado a mostrar respeto por todos sus hermanos mayores; de hecho, ahí mismo, Rav Ovadia Yosef establece que en el caso de gemelos idénticos aun aquel que es menor por muy poco tiempo siempre debe mostrarle respeto a su hermano mayor.
El Mejaber en el Shulján Aruj en Yoreh De’ah 240:22 legisla que esta Mitzvá es dirigida para hermanos o medio hermanos por igual sin importar si son solo de padre o solo de madre. Dado el caso de un hermano mayor cuyo comportamiento no es apropiado de acuerdo a los lineamientos de nuestra Halajá, no existe ninguna obligación en respetarlo como lo establece el Mejaber en Yoreh De’ah 240:23, caso muy diferente al de los padres que sin importar su comportamiento siempre hay que honrarlos y respetarlos. Frente a esto, hay algunos Poskim actuales que hacen énfasis en la piedad del hermano mayor para respetarlo más no en el estricto comportamiento Halájico, está es la opinión más indulgente en la actualidad.
Esperando que Klal Israel tome a corazón esta Mitzvá tan importante para mantener la armonía en el lazo social de nuestro pueblo. Shabat Shalom.