En un mundo tan dividido, entre derecha e izquierda, entre conspiraciones y realidades, entre suposiciones y hechos, pareciese que alcanzar el punto intermedio es casi imposible. O se está de un lado o se está del otro y en todo sentido, ambos lados enemigos mutuos sin posibilidad alguna de reconciliación. Así es la eterna disputa entre religión y ciencia, hoy en día más presente entre ambos polos opuestos.
Hace poco fui invitado a un espacio donde expliqué el majestuoso evento de la Creación, tanto bajo la perspectiva religiosa como la científica. Todo ello para corroborar mi posición como “creacionista”. Para aquellos que no lo saben, creacionista es una persona que cree, con fe perfecta, que la tierra fue creada en seis días tal como nos lo enseña la Torá.
El asunto con los creacionistas es que somos considerados, por la gran mayoría del mundo, como unos ignorantes per sé, un poco de locos que no saben nada de ciencia y por ende necesitamos validar nuestras absurdas teorías a partir de la religión. Dada dicha realidad, sencillamente puse matemáticas, química, geología, física, astronomía y astrofísica, entre otras ciencias, en una simple ecuación matemática para verificar mi posición y cuestionar la de aquellos críticos que se consideran tan avanzados, inteligentes y sobre todo, científicos.
Entre los comentarios que surgieron, uno me resultó extremadamente llamativo. El comentario elogió mi exposición pero finalizó criticando a “(...) un rabino de los conversos enseñando que la Tierra es plana según las fuentes talmúdicas (...)”. Pasando por alto el aspecto que me erizó los pelos, el asunto recae nuevamente en esta división eterna entre religión y ciencia. Ahora bien, cabe aclarar que en este caso, el del Talmud y la Tierra Plana, la cosa tiene que ser explicada con mucho más detalle para entender el contexto circunstancial de lo que se está hablando; aparte de ello, es imperativo introducir otro grupo de personas dentro de la canasta de los locos e ignorantes modernos.
Hoy en día las teorías de conspiración han inundado todos los niveles de comunicación; sobre todo, las redes y plataformas sociales. Absurdo mencionarlas o reparar en ellas, al fin de cuentas son tantas y tan variadas que lo importante es saber que existen. Aquellas personas que participan de estas teorías y las creen verdaderas forman parte de esa canasta de locos e ignorantes modernos. En el primer caso, los creacionistas formamos parte de esa canasta de locos e ignorantes, aún cuando obviamente demostré científicamente todo lo contrario. Así mismo, aquellos que creen que la Tierra es plana, llamados peyorativamente “flat earthers”, los “Tierra planistas”, también son incluidos en dicha canasta. La diferencia en este caso es que dicha posición no puede ser sostenida científicamente bajo ninguna perspectiva. Entonces, ¿por qué el Talmud dice que la tierra es plana?
Es absolutamente cierto que nuestros sabios del Talmud consideraban que la tierra era una circunferencia plana y que el sol giraba alrededor de ella. Igualmente es cierto que en el Talmud hay expresiones ambiguas que pueden ser consideradas como indicativos de un concepto de esfera suspendida en el espacio. De cualquier forma, la mayoría de opiniones de nuestros Poskim actuales confirman que nuestros sabios del Talmud consideraban que la tierra era plana. Subrayo, nuestros Poskim confirman que nuestros sabios creían eso, más no ellos debido a lo enseñado por la ciencia y es a partir de ahí que algunos se dedicaron a buscar en dónde el Talmud puede sugerir una tierra redonda suspendida en el espacio.
Aquí es donde marco la diferencia entre “creacionistas” y “tierra planistas”. La Torá Shebijtav en Bereshit nos enseña que la tierra fue creada en 6 días; empero, en ninguna parte de la Torá Shebijtav se expresa puntualmente que la tierra es plana. Lo lamento, pero no hay ningún Pasuk en ella que diga “en la tierra plana que Dios creó” o... algo semejante. Lo que se ha hecho en la segunda instancia es que humanos, incluyendo rabinos y sabios del Talmud, han interpretado cualquier Pasuk de la Torá Shebijtav como verificación de su cosmo visión individual; empero, en ninguno de los casos es una determinación Halájica de la realidad o una legislación imperativa del judaísmo.
No entraré a enumerar las diferentes Masejtas del Talmud que hacen referencia a una Tierra plana pero sí es importante aclarar bajo qué contexto el Talmud habla de la Tierra Plana. Esto es fundamental porque no establece ni legisla que la Tierra sea plana ni que sea esférica, sencillamente usa un modelo para explicar una Halajá; es decir, lo que cuenta en dicho caso no es el relato que conlleva a la Halajá sino la Halajá per sé. Y aquí es donde me parece extremadamente peligroso el que un rabino, quien se supone ha estudiado el Talmud a profundidad, tenga la osadía de decir que el Talmud establece que la Tierra es plana. Eso, eso es totalmente incorrecto.
He aquí como sucede el asunto realmente, partiendo del punto que nuestros sabios del Talmud creían que la Tierra era plana y que el sol giraba alrededor de la Tierra, en la Guemará surge un debate acerca de la duración del año solar con sus respectivas consecuencias incluyendo el problema que ello conlleva cuando nos referimos al evento en donde tenemos que llevar a cabo el ritual de Birkat HaJamá, la bendición del sol.
Es decir, los rabinos se dedicaron a discutir el tamaño de la Tierra Plana para determinar cada cuánto y en qué momento se debía recitar esta Brajá. El resultado final no es que la Tierra es plana, el resultado final es que tenemos que llevar a cabo Birkat HaJamá cada 28 años, un martes antes de la caída del sol, para de esta manera celebrar que el sol ha retornado a su posición original al momento de la Creación. El resultado final es la Halajá, la Halajá es que tenemos que llevar a cabo Birkat HaJamá cada 28 años. La Halajá no es que la Tierra es plana.
Sí, es cierto, hay una conceptualización de tierra plana en el Talmud pero el punto es que esa conceptualización no es Halajá, no es fundamental para la fe y no es parte de la Torá Shebijtav. Ahí mismo es donde se desvanece por completo el concepto de Tierra Plana como establecido por el Talmud. Nuevamente, la Tierra plana es un modelo o arquetipo que nuestros sabios utilizaron para legislar la obligación de llevar a cabo Birkat HaJamá más no para legislar que la Tierra es plana.
Sí, mientras nuestros sabios del Talmud se peleaban por saber el tamaño de la Tierra plana, los griegos ya habían determinado que la Tierra era una esfera y ya sabían sus dimensiones y circunferencia; de cualquier forma, le tomó al mundo entero muchos siglos poder aceptar esta posición. Es más; aún hoy en día nosotros, dos mil trescientos años después de Pitágoras, tenemos dentro de nuestro léxico rezagos de ese concepto de Tierra plana que justamente apuntan al sol; por ejemplo, la salida del sol o la caída del sol. Científicamente, el sol sólo saldría o caería si la Tierra es plana; sin embargo, no por ello somos “tierra planistas”.
Lamentablemente, desde mi análisis, no puedo apoyar ni comprobar que el Talmud establece que la tierra es plana. Lo único que se puede decir al respecto es que los sabios del Talmud, como la gran mayoría del mundo, creían que la tierra era plana y a partir de ahí legislaron Hiljot de Brajot y Avodá Zará, entre otras tantas. Y bueno, desde la perspectiva científica el asunto se cae por su mismo peso.
Por otro lado, es innegable que resulta totalmente aterrador que un rabino se atreva a decir que el Talmud establece que la Tierra es plana y sugiera implícitamente que esa es la Ley de Dios, porque realmente no lo es. Más aún cuando se supone que está educando a un grupo de personas que están en un continuo proceso de aprendizaje de nuestro judaísmo.