Nuestros sabios dividieron las Mitzvot en tres categorías; a saber, Jukim, Mishpatim y Edut. Jukim se traduce como decretos y hace referencia a los Mandamientos que no logramos comprender. Mishpatim se traduce como leyes y hace referencia a los Mandamientos que la razón humana logra entender. Edut se traduce como testimonios y se refiere a los Mandamientos que recuerdan un evento en la historia del pueblo judío. De las tres categorías, obviamente la más compleja es la de Jukim por su permanente estatus de inexplicable; de cualquier forma, por ello mismo, es muy importante para nosotros llevarlas a cabo.
El hecho que la razón humana no logre explicar el motivo de estas Mitzvot de Jukim no ha evitado que nuestros sabios intenten darle alguna explicación, bien sea del pasado o moderna, para que dicha explicación sea incorporada dentro de nuestra filosofía y praxis judía. Ese es el caso de Shatnez, la prohibición de mezclar lana y lino. Como lo estipula la Torá: “Deberéis observar Mis decretos: (...) y una prenda que tenga una mezcla de Shatnez no deberá estar sobre ti” (Lev 19:19). Es una Mitzvá, por así decir, arbitraria, sin lógica para nosotros; sin embargo, la cumplimos como cualquier otra Mitzvá.
Dentro de aquellos que han procurado facilitar una respuesta al motivo de la prohibición de Shatnez se encuentra el Rambam, quien en su Guía de los perplejos 3:37 nos enseña que antiguamente vestimentas de Shatnez eran usadas por sacerdotes idólatras y por ello, para diferenciarnos de los idólatras, debemos cumplir esta Mitzvá. Rabeinu Bejayei, en su comentario sobre este Pasuk, trae a colación una explicación más mística que histórica. Se trata de evitar traer fuerzas espirituales negativas de la magnitud de Caín y Abel por cuanto Caín presentó ofrendas de lino mientras que Abel sacrificó ovejas, de dónde sale la lana. De acuerdo a Bejayei hacer Shatnez puede traer consecuencias extremadamente perjudiciales como lo sucedido en la historia bíblica.
El Shulján Aruj, en Yoreh Deah, nos enumera las diferentes prevenciones que debemos tener para evitar Shatnez. He aquí unos cuantos ejemplos de ellas: Shatnez está prohibido si la mezcla entre lana y lino se llevó a cabo en cualquier estadio de la realización de una prenda, bien sea cuando se combinó, cuando se hiló o cuando se tejió. Aún en el caso de haber utilizado hilo de lino en una prenda de lana para pegar los botones o para pegar el forro interno o cualquier otro elemento a la prenda de lana, ello sigue siendo Shatnez y está prohibido (300).
Si se compra una prenda de lana o lino, es nuestro deber llevar dicha prenda para que sea inspeccionada por un experto en Shatnez para determinar que dicha prenda no tenga Shatnez. En este tipo de circunstancias sólo se debe confiar en una persona observante de Shatnez y entrenada específicamente en las leyes que rigen este campo (98:1, 118, 119:1).
Por lo general hay dos clases de inspecciones. La más común es que el experto en la materia toma la prenda y la estudia bajo una lupa y luz para establecer si existe Shatnez. La segunda consiste en llevar la prenda al especialista para que entonces este tome muestras de la prenda sin dañarla para ser enviadas a un laboratorio que inspecciona la muestra e identifica los materiales. He aquí un dato curioso, de acuerdo a los expertos en el tema de textiles, aun cuando la etiqueta de la prenda diga 100% lana es posible que ella sea Shatnez porque inclusive en dichos casos se ha comprobado que dichas prendas pueden llegar a contener un 2% de otros materiales, incluyendo lino y ello las hace prohibidas para nosotros. Aparte de ello, la etiqueta sólo se refiere al casquete de la prenda más no a los demás elementos como botones, forros, hilos de ornamentación, etcétera.
Está permitido probarse un vestido o una prenda que contenga Shatnez para saber si la talla, el modelo, etcétera, es funcional para la persona. Esto se debe a que el único propósito es probárselo más no usarlo permanentemente (301:6). Así mismo, está permitido utilizar una chaqueta de lana sobre una camisa de lino o viceversa, siempre y cuando sea posible quitarse una de ellas sin quitarse la otra (300:4). La prohibición de Shatnez se extiende a diferentes elementos cotidianos como cortinas, manteles y toallas (301:9). Todos estos elementos deben ser rigurosamente inspeccionados para asegurar que no son Shatnez.
Es factible que algunos consideren este proceder es un tanto extremo, cosa con la que estoy de acuerdo pero no por ello debemos intencionalmente evitar hacerlo. Esa es la particularidad de las Mitzvot Jukim, sus Hiljot resultan extremas porque no llegamos a comprender la magnitud de su importancia. Si pensamos en Pesaj, todos sabemos que no debemos comer Jametz y somos de lo más minuciosos en su cumplimiento. Si hablamos de no matar o no robar, todos sabemos lo grave que es cometer semejantes crímenes y evitamos a toda costa que algo tan grave suceda a manos nuestras; empero, el que la toalla o el mantel posiblemente tengan Shatnez no es tan grave, así como tampoco lo es un hilito que sujeta un botón; al fin de cuentas, ¿quién se va a dar cuenta? La verdad es que sencillamente por ser una Mitzva de Dios, el incumplirla es absolutamente grave y debemos reparar sobre ello constantemente. Es gracias a esas minucias que nuestro judaísmo ha sobrevivido hasta nuestros días, es ese deseo ferviente de observar puntualmente nuestra sagrada Halajá la que nos tiene hoy en día acá.