De las evidencias más exquisitamente repulsivas del antisemitismo cristiano están los Judensau, representaciones caricaturescas y aberrantes de judíos mamando de la teta de una marrana, copulando con ella, comiendo de sus excrementos, introduciéndole un brazo por el ano, y a menudo, mientras se nos representa estudiando el Talmud.
Con la intención de mofarse del judaísmo y evitar el asentamiento de judíos en esas ciudades, estas “obras artísticas” fueron parte destacada de los altares, fachadas y púlpitos de numerosas iglesias y catedrales, principalmente en Alemania, pero también en lugares como Colmar y Strasburgo (Francia), Basilea (Suiza), y Uppsala (Suecia). A hoy, son unas veinte iglesias las que aún exhiben el Judensau, de las que las más significativas son las de Regensburg y Wittenberg. Esta última iglesia es desde donde predicara Martín Lutero su Reforma y se convirtiera en uno de los más envenenados antisemitas de la historia.
Junto con las historias y representaciones de Crímenes Rituales, los Judensau nutrieron el espíritu antisemita desde el siglo XIII y hasta la Alemania Nazi. La primera talla en madera de judíos mamando de una marrana data de 1210 y se encuentra en la catedral de Colonia. Para 1230 hizo su aparición como talla en piedra dentro de un claustro en Brandenburgo, y su difusión se hizo masiva con la aparición de la imprenta.
La escultura en Wittenberg, que data de 1305, es conocida por la mención al nombre de Dios, Shem Hamphoras, que se destaca en la fachada de la iglesia, encima de la marrana. El espíritu de ese Judensau quedó evidenciado en el tristemente célebre texto de Lutero “De los judíos y sus mentiras”. Es ahí, en el capítulo que tuvo a bien bautizar “von Shem Hamephoras” donde invita a las masas a destruir sinagogas, quemar libros y expulsar judíos, inspirando así a la Shoa.
Hoy en día hay una placa explicativa y conmemorativa a las millones de víctimas del antisemitismo que el Judensau inspiró. Pero el Judensau sigué ahí, en palco de primera, a pesar de algunas mociones en change.org para retirarlo, y a pesar de la humilde marcha semanal de unas monjas que piden su traslado a un museo; los habitantes de Wittenberg prefieren dejarlo ahí como parte de la historia del pueblo. En este año, que se celebran 500 de la reforma Luterana, el Judensau sigue presente como testimonio latente del milenario antisemitismo cristiano que aún lucha por terminar de pasar esa página vergonzosa de su historia.
En estos momentos se está realizando una campaña a través del portal de Change.org para solicitar el traslado del Judensau de Wittenberg a un lugar más apropiado. Quienes quieran participar de esta campaña, los invito a ingresar en el siguiente link para firmar la petición y postear en sus páginas de Facebook.
https://www.change.org/p/relocate-the-wittenberg-judensau
Bibliografía: Wikipedia: Judensau